El camión accidentado cerca de Sancedo |
Hoy se cumplen 59 años de uno de
los accidentes que conmovió de forma brutal a nuestro pueblo. Quiso la
fatalidad –a la que se sumó alguna otra causa- que aquel 24 de febrero de 1958 un
accidente de tráfico provocara la muerte de dos cacabelenses: Carlos Fernández
Guerra y Andrés Martínez Alba. Carlos no había cumplido los sesenta años y
Andrés apenas estaba a las puertas de los treinta con una hija de casi dos años.
Ambos, junto al chófer –Ángel el
Portugués-, el mozo Lolo Combarro Marqués y varios mineros de Sancedo,
regresaban desde Fabero hacia Cacabelos. En Fabero los mineros pidieron a don
Carlos permiso para montar en su camión y así llegar antes a sus domicilios
después de una jornada agotadora en la mina. Con el chófer montaron en la
cabina el mismo don Carlos, el joven Andrés y don Agapito, factor de Toral de los Vados. El resto,
acompañados por Lolo, se subieron a la caja vacía ya de mercancías después haber
hecho la última descarga en esa localidad minera.
En esta foto acompañan a don Carlos sus hijos Mery y Antonio, su mujer y Nice. Fue la última vez que Antonio vio a su padre. Tenía 19 años cuando, estudiando en Alemania, recibió la noticia del accidente pero no logró llegar a tiempo para estar presente en el entierro.
Lolo –me lo ha contado varias
veces- pronto se dio cuenta que la velocidad y la forma brusca de conducir no
eran normales: Asomé un par de veces la cabeza
por el lateral y vi que en alguna curva las ruedas de la derecha quedaban en el
aire. Poco después nos salimos de la carretera. Los que iban conmigo atrás
salimos despedidos y apenas nos pasó nada. Andrés estaba tirado y ya no se
movía, estaba muerto. Don Carlos sentía muchos dolores, pero no quiso que lo
llevásemos a Ponferrada, quiso que lo trajésemos a su casa, a Cacabelos. Y aquí
murió.
Hoy ya casi no nos sorprenden las
noticias de accidentes por ser desgraciadamente demasiado habituales. Pero en aquellos años un
accidente de coche con muertos causaba horror y conmoción; más tratándose, como
en este caso, de un empresario perteneciente a una conocida familia cacabelense
y de un joven trabajador.
Don Carlos Fernández Guerra tenía
la concesión del despacho de RENFE en Cacabelos, despacho al que llegaban las
mercancías trasportadas por ferrocarril hasta Toral de los Vados y que él se
encargaba de distribuir por la zona con un camión. De la misma forma que
facturaba las que desde aquí partían para otros destinos nacionales por el
mismo medio de transporte. Continuó esta labor su hijo Carlos El Gallo hasta
que los nuevos tiempos trajeron otras formas y otros medios para realizar esta
labor. El joven Andrés Martínez Alba estaba empezando su vida laboral con la
ilusión de aprender a conducir y pronto poder manejar el camión. Pertenecía
también a otra familia muy conocida, los Carrachas, de la que desde apenas hace
dos meses ya falta también su hermano Tano.
Recordatorio |
Esta es una de las fotos que la popular página creada por Gutis Couceiro en Facebook Cacabelos. Fotos Antiguas ha rescatado del olvido gracias a la colaboración de Ángel González Santos. Detrás del grupo de amigos aparece el cartel DESPACHO CENTRAL DE LA RENFE. Acupaba el lugar donde hoy está el Banco de Sabadell en la Plaza Mayor
Gracias Carlos
ResponderEliminarD.E.P. Abuelo
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