No se trata de un enfrentamiento
entre holandeses (naranja mecánica) e irlandeses (verdes), este de Cacabelos es
de otra dimensión. Fue hace 19 años cuando nació la costumbre de disputar dos
encuentros anuales de fútbol sala entre el equipo representativo de la empresa
Pintura Alfredo Núñez (color naranja) y el
del mesón Búcaro (color verde), ambos de Cacabelos. A pesar de que este último
ya no existe como tal, los partidos siguen disputándose casi con los mismos
jugadores protagonistas en uno y otro bando.
Parte de los jugadores posando con sus hijos |
Ayer se celebró el primero del
año –el otro será allá para el mes de noviembre- con la misma parafernalia que
acompaña año tras año las jornadas de contienda: ronda de vinos y aperitivos
por la mañana, pulpada a mediodía, partido en el pabellón deportivo, ronda vespertina
pagada por el equipo perdedor, cena en La Moncloa de San Lázaro y…parranda
hasta que el cuerpo aguante.
¡Ah! Por cierto, los paganos
fueron los naranja, perdieron 6 a 3.
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