miércoles, 28 de mayo de 2014

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CIII)




¡VIVAN LOS QUINTOS DEL 49..¡

Antonio Esteban González
 
Estos eran los “quintos” del cuarenta y nueve o sea, los mozos nacidos hace sesenta y cinco años. ¡Nada menos que sesenta y cinco años…¡. Toda una vida…
Y se les llamaba “quintos” porque habían cumplido la mayoría de edad  -cuando la mayoría de edad estaba establecida en los veintiún años-  y podían, como mozos que eran,  servir a Dios a la Patria y al Rey.
El nombre de “quintos”  -dicen los más sesudos investigadores-  proviene de la contribución de sangre u obligación de prestar un servicio militar ordenado por Juan II de Castilla y que impuso en su reino, según la cual uno de cada cinco varones tenía que servir en el ejército.
Los “quintos”  -hoy ya no existe el servicio militar-   tenían sus tradiciones que hoy, casi, casi se han perdido. (En algunos pueblos de Castilla y León los “quintos”, por ejemplo, pasaban al galope a lomos de un caballo para agarrar unos pollos que colgaban atados de las patas y a los que arrancaban la cabeza). (Otra de las celebraciones  -también en estas tierras-   era el lanzamiento de una cabra desde un campanario, aunque, al caer, la cabra era recogida en una manta).
Todo esto está olvidado y los “quintos”, hoy  -ayer también-  se reunían para cenar y decir adiós a la vida civil. Hoy, también hacen lo mismo: cenan y cada uno cuenta las anécdotas que le ocurrieron en Valladolid, en El Ferral o allá por África adonde nadie quería ir.
Aquí tienen en esta ocasión, los lectores del blog, a los “quintos” del cuarenta y nueve, en mil novecientos setenta:
De izquierda a derecha y de arriba abajo: Ramiro “Carpanta”, Dorito  -no Dorito Ordás-  Miguel de Paz, Lolo “Perilla”, Toño, el “Poso”, Quinito, Miguel Ángel Pombo, Pepe Guerra, -ya fallecido- Roberto Reboleiro, Manolín, Víctor, el farmacéutico, Pepe Vázquez, Ubaldo, Toño, el de “La Ruta”, Carlos, el “Jamonero” y Paco, el de Tila. (Falta uno-ya lo sé-  el  mozo con camisa negra, pero, a buen seguro, alguien lo identificará).
Y dos garrafones de vino que intentaron  -no sé si lo lograron-  beber aquel día.
Una foto, como otras muchas fotos, que nos hace regresar al siglo pasado cuando éramos más felices y, a lo mejor, más guapos porque la vida pasa aunque no siempre siga igual…

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