La lluvia y los paraguas fieles acompañantes del primer día de feria |
La lluvia y los paraguas fueron los principales
protagonistas del primer día de feria. El agua caída durante la mañana, a pesar
de conceder alguna que otra tregua, debió de atemorizar tanto a visitantes y
comerciantes que apenas crearon ambiente ferial en la Plaza del Santuario.
Quizá los más valientes fueron los ganaderos y tratantes. El
recinto ferial, si bien no presentaba el mismo aspecto que años anteriores, si
contaba con un aceptable número de cabezas de ganado. En los aparcamientos del
mismo se podía observar la presencia de vehículos de transporte de animales
procedentes de las provincias limítrofes gallegas, de Asturias y de la Comunidad de Castilla y
León.
Incluso los de Pereruela sacaron los paraguas a la venta |
El nuevo emplazamiento de los puestos ambulantes en la zona
del Santuario mostraba la cara más
negativa de la feria: pocos visitantes y pocos puestos. Quizá la coincidencia
de otros mercados de sábado muy próximos y el mal tiempo justifiquen en parte la
escasez de público. Casi de manera testimonial podía se podía encontrar algún
vendedor con las típicas ristras de cebollas y ajos tan tradicionales por San
Miguel.
Pocas cebollas a la venta esta mañana en la Feria |
En esta ocasion el verano de San Miguel fue otoño puro y duro
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