Prensa de la época informando sobre el acontecimiento |
La misma noche en que el célebre Titanic rendía toda su fortaleza a las gélidas aguas del Atlántico, astrónomos, físicos y periodistas viajaban desde Madrid en el tren expreso a Galicia. Su primer destino era la antigua estación de Ponferrada, pero no concluiría allí aquel largo y pesado viaje. El periódico ABC de Madrid en su edición del día 13 ya informaba de la gran afluencia de tan singulares viajeros que se estaba produciendo en dicha estación por aquellas fechas Desde la capital berciana habrían de dirigirse a Cacabelos, donde las autoridades municipales estaban preparadas para recibir a tan distinguidos viajeros y ponerse a su disposición para facilitarles en lo posible su misión. Otros ya se habían adelantado y se organizaban para tener todo su equipo preparado. Incluso algunos se presentarían en nuestro pueblo horas más tarde procedentes de otros puntos de la geografía española.
Cacabelos olía a fiesta(“Las
instalaciones de Cacabelos. Animación extraordinaria” subtitulaba el diario
madrileño). Tal era el número de hombres de ciencia, autoridades, auxiliares,
criados, turistas y curiosos deambulando por nuestras calles y el bullicio
en tascas y pensiones que más bien
parecía continuar la recién finalizada Fiesta de Pascua.
Corría el mes de abril de 1912, el día 14 ocurría la catástrofe del Titanic y el 17 se anunciaba un eclipse
de Sol. Eclipse, que según habían anunciado diversos astrónomos, convertía a Cacabelos
como uno de los lugares ideales para su
observación gracias a encontrarse en el
punto central de la línea del mismo.
A nuestra villa arribarían
comisiones del Observatorio de San Fernando y Madrid, del entonces Ministerio
de Instrucción, de Barcelona, de la Universidad de París... Personalidades del
mundo científico y periodístico como el Ilustre General , Director de
Observatorio de San Fernando, Don Tomás de Azcárate; al profesor Don Pedro
Carrasco Garrorena y, sobre todo, a Don Mario Roso de Luna, el más
afamado astrónomo de la época. Acudió a Cacabelos en su condición de astrónomo,
teósofo y periodista de “El Liberal”.
La mayoría de aquellos ilustres
visitantes, agasajados por las autoridades y notables del pueblo, eligieron el
Campo de San Bartolo para montar todo el tinglado de aparatos: espectógrafos,
anteojos, heliógrafos, cronómetros, cámaras de cine, etc. que sin lugar a dudas asombrarían a los
expectantes lugareños. Roso de Luna eligió el ofrecimiento del farmacéutico
local Manuel Vega Flores de su casa de campo a las afueras del pueblo para
montar toda su impedimenta.
El tiempo se mostró propicio para la observación del suceso. Según los enviados del Observatorio de Madrid el cielo se mantuvo despejado durante el tiempo del eclipse para posteriormente cubrirse de nubes. Se pudieron apreciar las Perlas de Baily durante breves segundos y no llegó a ser total, si nos atenemos a las informaciones de los madrileños. Posteriormente, y una vez reveladas las placas fotográficas, se pudo aseverar que el eclipse había sido total en este lugar: “el eclipse fue total en Cacabelos, cuyo nombre, por tal suerte, tiene desde aquel día singular mención en la ciencia astronómica” remarcaba en sus páginas la revista “Nuevo Mundo” en su edición del 25 de abril de aquel año.
El tiempo se mostró propicio para la observación del suceso. Según los enviados del Observatorio de Madrid el cielo se mantuvo despejado durante el tiempo del eclipse para posteriormente cubrirse de nubes. Se pudieron apreciar las Perlas de Baily durante breves segundos y no llegó a ser total, si nos atenemos a las informaciones de los madrileños. Posteriormente, y una vez reveladas las placas fotográficas, se pudo aseverar que el eclipse había sido total en este lugar: “el eclipse fue total en Cacabelos, cuyo nombre, por tal suerte, tiene desde aquel día singular mención en la ciencia astronómica” remarcaba en sus páginas la revista “Nuevo Mundo” en su edición del 25 de abril de aquel año.
Parte del Campo de San Bartolo en la actualidad |
Para los astrónomos tendrá su
importancia confirmar la totalidad o no del fenómeno. Aún a fecha de hoy no hay
unanimidad al respecto. Siguen divagando: que si anular, que si perlado, que si
total...(nós imos deixar de díxome, díxome)¿Qué nos importa ya a los
cacabelenses ese aspecto de asunto? Para Cacabelos lo notable fue el
acontecimiento en sí, la llegada de tanto personaje y el eco que tuvo en la
prensa de la época. Todos los medios elogiaron la hospitalidad de los
ciudadanos e incluso la atención prestada para curar las heridas al general
Azcárate, director del Observatorio de San Fernando, a su ayudante y a su
chófer tras un ligero accidente
automovilístico(¿podría ser el primer accidente de tráfico registrado en la historia de
Cacabelos?). Y gracias al acontecimiento, como bien adelantaba en 1912 la revista antes citada, Nuevo
Mundo, el nombre de Cacabelos ya permanecerá ligado para siempre a la Historia
de la Astronomía.
Gracias de nuevo, otra vez mas me has sorpredido con una noticia de la que no tenia ni idea.
ResponderEliminarP.D. ademas esta noticia se agradece mas, despues de las ultimas noticia "chorras" de nuestro pueblo, que dicho sea de paso, se podian poner a trabajar y dejarse de chorradas de santos y virgenes, virgenes y santos.
Muy interesante
ResponderEliminarIncreible documento grafico la verdad carlos, lo desconocia
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