martes, 17 de abril de 2012

¡Estamos de centenario!


Hoy hace cien años que Cacabelos fue el centro mundial para obsevar el anunciado eclipse de Sol en aquel 17 de abril de 1912.

Prensa de la época informando sobre el acontecimiento

La misma noche en que el célebre Titanic rendía toda su fortaleza a las gélidas aguas del Atlántico, astrónomos, físicos y periodistas viajaban desde Madrid en el tren expreso a Galicia. Su primer destino era la antigua estación de Ponferrada, pero no concluiría allí aquel largo y pesado viaje. El periódico ABC de Madrid en su edición del día 13 ya informaba de la gran afluencia de tan singulares viajeros que se estaba produciendo en dicha estación por aquellas fechas  Desde la capital berciana habrían de dirigirse a Cacabelos, donde las autoridades municipales estaban preparadas para recibir a tan distinguidos viajeros y ponerse a su disposición para facilitarles en lo posible su misión. Otros ya se habían adelantado y se organizaban para tener todo su equipo preparado. Incluso algunos se presentarían en nuestro pueblo horas más tarde procedentes de otros puntos de la geografía española.

Cacabelos olía a fiesta(“Las instalaciones de Cacabelos. Animación extraordinaria” subtitulaba el diario madrileño). Tal era el número de hombres de ciencia, autoridades, auxiliares, criados, turistas y curiosos deambulando por nuestras calles y el bullicio en  tascas y pensiones que más bien parecía continuar la recién finalizada Fiesta de Pascua.
Corría el mes de abril de 1912, el día 14  ocurría la catástrofe del Titanic y el 17 se anunciaba un eclipse de Sol. Eclipse, que según habían anunciado diversos astrónomos, convertía a Cacabelos como uno de los lugares  ideales para su observación  gracias a encontrarse en el punto central de la línea del mismo.

A nuestra villa arribarían comisiones del Observatorio de San Fernando y Madrid, del entonces Ministerio de Instrucción, de Barcelona, de la Universidad de París... Personalidades del mundo científico y periodístico como el Ilustre General , Director de Observatorio de San Fernando, Don Tomás de Azcárate; al profesor Don Pedro Carrasco Garrorena y, sobre todo, a Don Mario Roso de Luna, el más afamado astrónomo de la época. Acudió a Cacabelos en su condición de astrónomo, teósofo y periodista de “El Liberal”.
La mayoría de aquellos ilustres visitantes, agasajados por las autoridades y notables del pueblo, eligieron el Campo de San Bartolo para montar todo el tinglado de aparatos: espectógrafos, anteojos, heliógrafos, cronómetros, cámaras de cine, etc.  que sin lugar a dudas asombrarían a los expectantes lugareños. Roso de Luna eligió el ofrecimiento del farmacéutico local Manuel Vega Flores de su casa de campo a las afueras del pueblo para montar toda su impedimenta.

 El tiempo se mostró propicio para la observación del suceso. Según los enviados del Observatorio de Madrid el cielo se mantuvo despejado durante el tiempo del eclipse para posteriormente cubrirse de nubes. Se pudieron apreciar las Perlas de Baily durante breves segundos y no llegó a ser total, si nos atenemos a las informaciones de los madrileños. Posteriormente, y una vez reveladas las placas fotográficas, se pudo aseverar que el eclipse había sido total en este lugar: “el eclipse fue total en Cacabelos, cuyo nombre, por tal suerte, tiene desde aquel día singular mención en la ciencia astronómica” remarcaba en sus páginas la revista “Nuevo Mundo” en su edición del 25 de abril de aquel año.
Parte del Campo de San Bartolo en la actualidad
 
Para los astrónomos tendrá su importancia confirmar la totalidad o no del fenómeno. Aún a fecha de hoy  no hay unanimidad al respecto. Siguen divagando: que si anular, que si perlado, que si total...(nós imos deixar de díxome, díxome)¿Qué nos importa ya a los cacabelenses ese aspecto de asunto? Para Cacabelos lo notable fue el acontecimiento en sí, la llegada de tanto personaje y el eco que tuvo en la prensa de la época. Todos los medios elogiaron la hospitalidad de los ciudadanos e incluso la atención prestada para curar las heridas al general Azcárate, director del Observatorio de San Fernando, a su ayudante y a su chófer  tras un ligero accidente automovilístico(¿podría ser el primer accidente de tráfico registrado en la historia de Cacabelos?). Y gracias al acontecimiento, como bien adelantaba en 1912 la revista antes citada, Nuevo Mundo, el nombre de Cacabelos ya permanecerá ligado para siempre a la Historia de la Astronomía.


3 comentarios :

  1. Gracias de nuevo, otra vez mas me has sorpredido con una noticia de la que no tenia ni idea.

    P.D. ademas esta noticia se agradece mas, despues de las ultimas noticia "chorras" de nuestro pueblo, que dicho sea de paso, se podian poner a trabajar y dejarse de chorradas de santos y virgenes, virgenes y santos.

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  2. Respuestas
    1. Increible documento grafico la verdad carlos, lo desconocia

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