miércoles, 13 de marzo de 2013

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (XLII)



                                          CUATRO SANTOS Y UN SAN TITO

                                                                                                   Antonio-Esteban González

Astorga. Años cincuenta.
Astorga era una ciudad triste con pájaros negros sobrevolando la catedral y un Palacio del Obispo que ningún obispo había habitado. Había curas con teja y manteo que paseaban al sol, por la muralla o por las calles empedradas y silenciosas en las que rebotaba el sonido de las campanas de las mil iglesias de Astorga. Y había, también militares con medallas, estrellas y botas de media caña. Y estábamos nosotros, los seminaristas con nuestro bonete,  nuestro fajín azul y nuestra sotana recién estrenada que, en filas de a tres, íbamos a Fuentencalada en donde decía la leyenda que el caballo de Santiago  -el caballo blanco de Santiago- había dejado sus huellas impresas en la piedra. Y lo creíamos.
Y, mientras llegábamos a Fuentencalada  -o a Manjarín-  los pequeños contábamos a los más pequeños el único chascarrillo que conocíamos: " ¿A que no sabes tú cuántos santos hay en el cielo...?". Y los más pequeños de los pequeños, los que aún estaban aprendiendo a declinar rosa-rosae o a conjugar los verbos defectivos, decían: "Uffffffffff...¡. Millones. Tantos como arenas  en el mar". Y nosotros, los mayores de los pequeños, nos reíamos y respondíamos :"Noooooooooooo. En el cielo hay cuatro santos y un San Tito".
Yo, por aquel entonces, ya había preguntado a Emilio Gallardo  -Milán Gallardo, de Cacabelos-  si era verdad lo de los cuatro santos y un santito y Milán me había explicado el truco: "Eso de los cuatro santos y un santito es una broma que se os gasta a los más pequeños. Verás: decimos santo por san, por razones de eufonía, de que suene bien. La palabra santo se apocopa en san cuando precede a un nombre de varón, excepto si este comienza por TO o DO y así decimos Santo Tomás, Santo Tomé, Santo Toribio y Santo Domingo  -aquí Milán hacía una pausa-    cuatro santos y un San Tito, que fue discípulo de San Pablo.¿Ves la diferencia que existe entre santito y San Tito..? .
 Nueva pausa y añadía: "Pero, fíjate, eso de los cuatro santos no es del todo cierto porque en Quilós, que está al lado de Cacabelos, se venera a Santo Tirso y decimos Santo Tirso y no San Tirso".
Milán, después, me contó que la gente, el día de Santo Tirso, va a Misa a Quilós y lleva la comida  -empanadas y filetes empanados-  y come  en el Campo de las Mirocas y las mozas y los mozos, después, bailan hasta que llega la hora de volver a casa, antes de las diez, por que, a las diez, en la cama estés si no es una hora antes que sea una hora después  y, a la vuelta cantan una canción que dice: "Santo Tirso de Quilós que naceu na Pedreira, cos olliños de cristal e a pixiña de madeira".
He recordado la conversación con Emilio Gallardo al contemplar esta entrañable fotografía en la que se ve a Carmela, Paloma, Margarita y Pili La Cusa disfrutando, cabe un castaño, en Quilós, un día de Santo Tirso que, a pesar de las reglas gramaticales  -al menos para los de esta zona-   es Santo Tirso y no San Tirso.
Era un día del mes de Enero de un año que ya   -ellas-  han olvidado.           

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