CINCO
PARA UNA DELANTERA
Por Antonio Esteban
Y una buena delantera,
sí, si en aquellos momentos las mozas jugasen al fútbol. Pero no jugaban. Se
limitaban a pasear de arriba abajo, por la carretera, a la espera del Príncipe
de sus sueños que, muchas veces, no era el Príncipe Azul, sino un hombre que, a
sus ojos abiertos a la vida, sí era el Príncipe, aunque, no siempre, azul, pero
eso no era lo importante porque el amor es ciego o eso decían los antiguos
romanos que llamaban al amor Cupido y lo representaban con un carcaj lleno de
flechas y un arco y con una venda cubriendo sus ojos.
En esta foto
perteneciente al álbum particular de Nice Cela, no todas las que aquí están,
encontraron a su Príncipe. Nice -a la que otros llaman Ceta- no lo encontró. Las demás, sí, aunque por aquellos
entonces aún eran núbiles que es palabra que quiere decir: Persona que ha llegado a la edad en que es apta para el matrimonio.
Ellas son: Esperancita
que casaría con Tin, el panadero; Nice Cela, hermana de Julita, de Nila y de
Luciano; Marujina, la hija de don Camilo -don Camilo en Cacabelos siempre fue
don Camilo- y que casaría con Ezequiel(q.e.p.d.),
joyero; Maruja Quindós, también fallecida que matrimoniaría con Juanín, el taxista,
y Marisa Palacios que regentó una zapatería en Logroño en donde casó.
Cinco mozas que hubieran
podido forma una delantera de un equipo de fútbol femenino, porque, atributos
tenían para ello.
muy bueno Antonio!!!!!
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