viernes, 24 de junio de 2016

Se cumplió la tradición, por la mínima, pero se cumplió


El vendimiador esta maña

Casi como si se tratase de una victoria deportiva conseguida en el último minuto y por la mínima diferencia.  Hablamos de la tradición cacabelense de robar macetas durante la noche de San Juan y depositarlas en la estatua del vendimiador.

Pocas fueron las que unos entusiastas jóvenes consiguieron como botín.  Y no fue por falta de tiempo, pues desde primeras horas de la noche ya estaban “gilando” balcones y jardines donde el dueño hubiese olvidado recoger las macetas en una noche como la pasada.

La tradición sigue, pero necesita para no desaparecer, usando un símil médico, una cura de urgencia. Hay que pensar posibles remedios.


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