Pocos años recordamos ver una celebración de San Isidro tan multitudinaria. Bien es cierto que el día lució espléndido y la festividad coincidió en domingo, permitiendo a muchos cacabelenses asistir a los distintos actos programados.
El primero de ellos se celebró la noche del sábado en la calle Cervantes y consistió en la proyección de fotografías antiguas de las gentes del barrio de San Isidro. Para amenizar la sesión y rememorando aquellas proyecciones del cine mudo con pianista en directo, María Ruivo, alumna del Instituto y residente en Arganza, deleitó a los asistentes con un variado repertorio de melodías portuguesas magníficamente interpretadas con su concertina. Los más golosos también pudieron saborear apetitosos dulces elaborados por los propios vecinos del barrio.
A la hora de la procesión un gran número de fieles y decenas de tractores engalanados acompañaron a la imagen de San Isidro desde la Parroquia hasta el Campo de San Isidro. Allí, Don Jesús, bendijo el tradicional huerto artesano en miniatura y celebró la misa de campaña.
Durante toda la tarde, y después de una buena pulpada para todos los tractoristas, se sucedieron diversidad de actividades y juegos, tanto para niños como para mayores.
Finalizó la jornada con el reparto de bollos “preñaos”, vino, chocolate y churros para todos los asistentes.
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