jueves, 21 de noviembre de 2019

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCLXXVII)




ANTONIO Y CONCE

 Por Antonio Esteban

Hace mucho tiempo   que mi álbum guarda la foto que publicamos esta semana y que siempre llamó, poderosamente, mi atención porque el retratista   -me gusta la palabra retratista que es persona que, con arte, sabe hacer retratos-  supo recoger la personalidad de un matrimonio: la fuerza que emana de la mirada del hombre y la dulzura de los ojos de la mujer.

El trabajaba el hierro, oficio duro, noble y antiguo y olvidado hoy. Dominaba el yunque y el fuelle y el fuego y fabricaba arados que rompían la tierra o herraduras para calzar la pezuña del caballo.

Él se llamaba Antonio y ella Conce y fueron padres de Tita y de Toñito que heredó de su progenitor el apelativo de el “Herrero” y que llevaba orgulloso. Tita vive. Toñito goza ya de la paz de Dios.

Para ellos   -para Antonio, padre, sobre todo-  este pequeño poema:

Canta su canción el yunque / -canción de agua y de hierro, / canción de fuelle y martillo- / en la fragua del herrero. / Canta su canción el yunque.
Chisporrotea el fuego / y el martillo que golpea / rompe en la fragua el silencio. / Es el canto de una fragua. / Es el cantar sempiterno / cuando se forja un arado / como hicieron los abuelos. / Es la canción que Antonio / en su fragua, hace tiempo / cantaba   -oficio noble- /cuando trabajaba el hierro.//

Un pequeño homenaje a un hombre y a un oficio, desgraciadamente, olvidado.

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