miércoles, 10 de octubre de 2018

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCXXIV)

Ramona, mujer de Ricardo

Ricardo
 

LA VERDADERA HISTORIA DE JOSÉ QUIROGA GARCÍA

Por Antonio Esteban González
 
Tenemos guardado entre las teclas de nuestro ordenador un capítulo más de la historia de José Quiroga García, el cacabelense que emigró a Uruguay y que, a su regreso, dejó en nuestra villa -y en el Bierzo-  muestras de un estilo propio en la construcción.

No queríamos poner fin a esta historia sin citar -aunque lo hayamos hecho en otros capítulos-  a Ricardo Quiroga, padre de José y casado con Ramona García Carballo.
Ricardo -años antes de que su hijo tomase pasaje rumbo a las Américas, como se decía antes, para hacer fortuna-  hizo el viaje él ya que, por aquel entonces, se comentaba que, muchos de los que habían embarcado siendo emigrantes, volvieron a su tierra convertidos en ricos indianos.

Nuestro hombre, infatigable trabajador, muy pronto encontró faena en la “Hacienda Marte”, cuyos dueños se dedicaban a la producción de carne y a la venta de leche.

La “Hacienda Marte” tenía miles de hectáreas en una zona aledaña a la Pampa. Allí pastaban, también, miles de cabezas de ganado que proporcionaban asimismo miles de litros de leche o cientos de kilos de carne para el consumo.

Las vacas eran ordeñadas, ya en aquellos tiempos, por medios mecánicos y la leche, enviada a Montevideo, la capital, por mediación de tuberías que alcanzaban varios kilómetros.

Y, mientras Ricardo cooperaba para que la “Hacienda Marte” en la que había encontrado trabajo, llegase a convertirse en un centro importante, aquí, en España, Ramona cuidaba de los hijos que Dios le había mandado y aguardaba el regreso de su marido.

Traemos hoy, casi como curiosidad fotográfica, pero de gran valor sentimental, la foto de Ramona, junto con la de su esposo. No volvieron a encontrarse ya que el destino, a veces, juega estas malas pasadas.

La foto de Ricardo es una foto de las llamadas de estudio, hecha en Montevideo, bien trajeado, pero con la mirada triste por el Océano que lo separaba de su esposa.

Dos fotografías nostálgicas sobre todo para una familia que conoce -y guarda-  el secreto del no regreso de Ricardo a la Madre patria y a los amorosos brazos de Ramona.
                                                                   

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