miércoles, 28 de junio de 2017

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCLXXIII)




 
DOS PAREJAS.  DOS

Por Antonio Estaban González
 
Y, además, dos parejas guapas,  -subrayo el adjetivo-   como se dice ahora que la palabra está casi pasada de moda o se usa en las revistas de corazón para referirse a personajillos de moda. Recuperar esta palabra trae nostalgia de un ayer lejano que -¡ay¡-  no volverá.

Eran   -decía-  dos parejas guapas que no se sorprendían porque el fotógrafo los eternizase en una de esas fotos que todos tenemos en nuestros álbumes y yo, a veces, me pregunto si este ayer no causa  pena   -y la causa-   y si alguna lágrima furtiva no aparece   -y aparece-   en los ojos nostálgicos de todos porque  ese ayer  no lo podemos olvidar ni cambiar y que, aun pudiendo olvidarlo o cambiarlo, tal vez no lo hiciéramos.

En la foto, cuatro amigos. Dos de ellos llegaron al altar; los otros dos, no y, no sé muy bien si, por falta de ganas o por amor a la libertad o porque no era ese su destino.

La pareja que unió sus amores, como se decía antes, son Gelo -Gelo, el de Berta-   y Berta -Berta, la de Gelo. O sea, Gelo, el de Aniceto y Berta la de Amanda.

La otra pareja es Olga, que, más tarde emigraría a Brasil con sus padres y Manolín, hijo de Manolo Martínez y de Dulcinia Saavedra.

A decir verdad y en palabras de quienes la conocieron, Olga era una morena espectacular, aunque pequeñita, que puso mariposas en el corazón de muchos jóvenes de la villa, pero prefirió a Manolín que era más simpático y resultón.

Habría que preguntarse si Olga dejó destrozado el corazón de Manolo. ¿Sí…? ¿No…?. Él lo sabe, pero no nos la va a decir. (Tal vez no nos lo diga porque encontró en Mercedes la mitad de su naranja y Olguita es hoy una sombra difusa en su vida).

Ahí queda la foto que es un sueño de nostalgia que, seguramente, Olga, Berta y Manolo soñarán.

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