Cuando en Cacabelos llovían millones y goles

Jorge Manrique(1440-1479) en sus conocidísimas “Coplas por la muerte de su padre” incluía estos versos:

cómo, a nuestro parecer,

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.

En esto supongo que habrá división de opiniones, lógicamente. Pero hay algún tiempo de nuestro pasado no muy lejano que invita a pensar en que pudiera ser cierta la afirmación. Al menos  las noticias, que durante los meses de enero y febrero de 1997 nos ofrecían los periódicos provinciales, invitaban al optimismo.

 ¡Vaya generosidad! La Confederación Hidrográfica del Norte anunciaba que, a los 250 millones(de las antiguas pesetas, un millón y medio de euros), se sumarían otros 100 más(600.000€) para la obra de adecuación de los márgenes del Cúa.

Esta noticia aparecía el 14 de enero. ¡Qué bien se subiría la temida cuesta de ese mes!

 El 21 de enero la prensa volvía a soprender a los cacabelenses:

El tan traído y llevado MINER(Ministerio de Industría y Energía) confirmaba a nuestro Ayuntamiento una subvención de casi 140 millones de pesetas(841.000€) para realizar "un ambicioso complejo turístico".

¿Hay quién dé más?

Pues sí. La lluvia de millones no cesaba de caer. Cacabelos parecía estar tocado por una varita mágica dirigida por un enigmático nuevo rey Midas. Ahora en vez de oro convertía lo que tocaba en pesetas.

El día 23  sobre el Instituto descarga una tromba de pesetas: 25 millones(150.000€). 

 ¡Qué tiempos aquéllos!
Pero en la vida todo no puede cifrarse en la riqueza. Hay otro mundo.
 Para completar aquellos días felices la Unión también repartía alegría en forma de lluvia de goles. Encabezaba la clasificación de la Regional Ordinaria y ganaba el partido del 17 de febrero por 20-0. Sí habéis leído bien: 20-0. Dos decenas de goles se llevaron los del Páramo de una tacada. Y de las botas de Olegario salieron diez. "Parecía que el balón era el que me buscaba a mí" manifestaba el vetenaro jugador a los periodistas.

Ni Cristiano, ni Messi: "GOLEGARIO".