Cacabelos ganó el concurso de carrozas de la Encina en 1979

El lagar camino hacia Ponferrada: Al volante Rosendo y Gemiro controlando en el exterior

Fue la victoria de un pueblo, los cacabelenses se volcaron en la preparación de las carrozas y en el desfile. Desde que surgió la idea –Cacabelos: vino, vendimia, bodega, lagar- casi todos, de una manera o de otra, colaboraron para que nuestro pueblo se alzase con el primer premio del concurso de carrozas que por aquellos años convocaba el ayuntamiento de Ponferrada.

El desfile de carrozas de la fiesta de la Encina era uno de los actos multitudinarios de la tarde del ocho de septiembre. En aquellos años las carrozas eran creadas por grupos, asociaciones, peñas…o, como en el caso que nos ocupa, por un pueblo. Cada cual elegía un tema y trataba de reproducirlo y representarlo  de la forma  más digna posible en el desfile de la capital berciana con la ayuda de los entusiastas participantes. Nada que ver con las impersonales carrozas alquiladas actuales, ajena su temática a la ciudad o a la comarca y que mañana o la semana próxima recorrerán las calles de otras ciudades de la geografía española.

Aquel año de 1979 –Prada era el alcalde- Cacabelos vivió unos meses de vibrante colaboración de sus ciudadanos. Todos estaban convencidos de que conquistarían el primer tiempo. No había barreras. ¿Qué no se podía sacer la viga del lagar de Tule (de su suegro Santiago Payón) en la Casería que llevaba doscientos años en la bodega? Se pudo. ¿Qué había que hacer otra  carroza con una bodega? Se hizo. ¿Qué había que encontrar un carro con vacas? Se encontró ¿Qué se necesitaban decenas de comparsas para hacer de vendimiadores, bodegueros, carreteros, cachicanes…? Aparecieron.  Algunos de aquellos incondicionaless colaboradores se nos han ido: Gemiro el Polo, Pepe el Sillero, Manolo Mipinta, Rosendo Escorna, Ramiro Montes (padre), Pepín Neira…

Parte posterior de la plataforma con el lagar

Y toda aquella marabunta apasionada, despedida como a un ejército triunfante,  emprendió el viaje hasta Ponferrada convencida de la victoria. Y cómo no iba a ser así si sólo la representación de Cacabelos constituía ya una verdadera cabalgata. ¡Primer premio! Y 250.000 pesetas que, aunque hoy apenas sobrepasan a los 1.500 €, entonces no era una cantidad despreciable.

Tan poco despreciable fue aquel dinero que sirvió para iniciar las obras que dotarían a Cacabelos del Parque Municipal. Aquellas pesetas se vieron incrementadas con las obtenidas en una sardinada  pocos días después -900 kilos de sardinas, 30 docenas de huevos donadas por Faustino Carballo y ni se sabe cuántos kilos de patatas-.

 Siguiendo el proyecto de Pedro Cotado se pusieron manos a la obra varias decenas de voluntarios para transformar el antiguo campo ferial, Campo Nuevo, en Parque Municipal. Unos donaban árboles, otros ofrecían sus camiones o tractores, otros el trabajo…y con el dinero recaudado se compraba el material necesario.
Hoy aquella viga de lagar se puede contemplar cerca del Santuario de las Angustias.

¿Sería posible hoy  un pueblo unido así?