Plaza de San Roque. El edificio de la derecha dejaría paso al que hoy incluya el restaurante Maite |
¡VIVA SAN ROQUE…¡.SI VIENE LA PESTE QUE NO NOS TOQUE
Antonio Esteban González
Un refrán más -uno de
los muchos refranes- sobre los santos de
nuestro santoral, que son muchos: muchos refranes y muchos santos. (Recuerden,
por ejemplo, las once mil vírgenes -que,
¡mira que son vírgenes…¡- en tiempos de
lujuria y diversión carnal).
Iba diciendo que lo de “VIVA SAN ROQUE…¡. SI VIENE LA PESTE
QUE NO NOS TOQUE” era un refrán más, sobre el santo francés de Montpellier -allí, a san Roque, le llaman Roc- y que algunos han dicho que era un santo de
izquierdas porque las llagas están marcadas en su pierna izquierda, para que
luego digan que el santoral no tiene sus propios representantes en la
hagiografía o sea, en la vida de los santos.
Tenemos que hablar, también del perrito que acompaña al
santo al que, en la Edad Media llamaban
“gozque” y que, según la leyenda, llevaban panecillos crujientes al santo
cuando Roque estaba herido de muerte por la peste y que, según algunos, -el perro-
no tenía rabo.
Hay cantautores que han puesto letra y música a canciones
sobre san Roque, como aquella que dice.
“Oh san Roque, Roque, Roque,/ el del perro con el pan /. Oh San Roque, Roque,
Roque,/ viva el santo viva el can./ El perrito de san Roque/ ya no quiere comer
pan/ porque dice que prefiere las chuletas que le dan//”.
Aquí, en nuestra
villa, en Cacabelos, siempre fuimos muy devotos del santo y se celebraba su
Fiesta con banderolas -nazis,
portuguesas, españolas o italianas- allá
por mil novecientos cuarenta y tres, fecha de la foto y con una orquestina en
un palco a punto de venirse abajo. Pero no importaba. La gente se divertía como
se ve en la foto de Cipriano.
El problema, hoy, al interpretar esta foto sería saber
cuántos de los que están en ella, viven y se reconocen.
Hagamos la prueba de la nostalgia y quizás no llevemos una
sorpresa.
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