Pedro con su obra en junio de 1982 |
Los versos del célebre tango Volver que cantaba el
inolvidable Carlos Gardel (“Sentir, que es un soplo la vida, que veinte años
no es nada”) nos sirven ahora, en este trigésimo aniversario de la
inauguración de la Estatua del Vendimiador, para confirmar que treinta años no
son nada y menos para una obra de estas características. Sin duda con el paso de muchos más años se irá
afianzando como uno de los símbolos más destacados de Cacabelos. Apenas acaba
de iniciar su trayecto.
Finalizando los años setenta y principios de los ochenta del siglo pasado el equipo de
gobierno del ayuntamiento de Cacabelos, presidido por el inefable José Luis
Prada, decidió remodelar la zona de la actual Plaza del Vendimiador. Recordad
la presencia de la obsoleta báscula
municipal y aquel entorno tan poco agraciado, por decirlo con delicadeza.
Prada había comentado a su amigo Pedro Cotado que estaban
pensando colocar en el lugar de la báscula una fuente o algún árbol singular
que adornase un poco aquella zona. Y casi en broma, según me comentó el propio
Pedro, le sugirió colocar una estatua. La idea cuajó en el alcalde y fue
también Pedro el que le propuso una estatua dedicada al vendimiador.
¡Manos a la obra! En 1981 Pedro Cotado recibe en firme el
encargo de esculpir un monumento dedicado al vendimiador, figura representativa
de la actividad más tradicional de nuestro pueblo. Realiza un dibujo y una
figura de apenas un metro de altura como maqueta del futuro grupo escultórico.
Pocos meses después la empresa Manceñido de Ponferrada
traslada desde Novelda(Alicante) un piedra caliza de 8 Tm. que, con
dificultades, deposita en el jardín de la antigua casa donde vivía Pedro en La
Casería. Año y medio después, el quince de mayo de 1983, coincidiendo con la festividad
de San Isidro Labrador, se inauguró la obra con gran solemnidad. Políticos
provinciales y locales, arropados por centenares de cacabelenses presidieron el
acto.
El desparecido semanario Aquiana titulaba en la portada de
la edición del 21 de mayo de aquel año:
CACABELOS CELEBRÓ CON SOLEMNIDAD LA FIESTA DE SAN ISIDRO
Con el fervor popular se inauguró el Monumento al Vendimiador
En crónica interior, el corresponsal en Cacabelos GOFER,
añadía:
Todos nuestros trabajos, desde este día están representados
por un gran monumento, símbolo del trabajo sacrificado del vendimiador, al cual
se tributó los honores más destacados de un día como ha sido el Patrón San
Isidro Labrador, lleno de actos muy significativos tanto al Santo como al
Monumento y que personalidades provinciales y regionales han estado presentes
en compañía de un pueblo trabajador que ha querido simbolizar de manera
especial el centro geográfico de la región vitivinícola berciana.
Gemiro el Polo fue el encargado de derramar el vino sobre el vendimiador |
Pasado los actos protocolarios programados para aquella
fecha(dedicación de los niños, entrega de una placa al autor, bendición a cargo
de don Dámaso, discursos de los alcaldes de Ponferrada y Fabero, la propia
inauguración por el Gobernador Civil) llegó el momento del bautizo. Así lo
narraba el corresponsal:
Seguidamente surgió el espontáneo Gimiro(sic), que subido
a una escalera bautizó el Monumento echándole un cántaro del buen vino blanco
producto de la tierra, remozando así el símbolo que momentos antes había sido
descubierto por la primera Autoridad Provincial que quedará plasmando en las
páginas de la Historia de nuestra villa.
Incluso la poetisa
Manolita López, hija predilecta de Cacabelos, escribió tres poemas relacionados
con el emotivo acto. Y cuatro versos
suyos dedicados al Vendimiador nos sirven para finalizar este recuerdo.
Ayer piedra infecunda y olvidada,
aborto de volcán, voz silenciosa;
fuiste bloque inhumano, hoy una rosa,
rosa a todos los vientos levantada.
¡Ah! Minutos antes de "bautizar" al nuevo cacabelense estaba lloviendo.
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