lunes, 7 de mayo de 2012

El Cúa y el Calendario Zaragozano

El Cúa durante este último fin de semana

Entiendo que más de uno se preguntará por el vínculo de nuestro río y el popular almanaque. Así, a bote pronto, ninguna parece tener, pero si ahondamos un poco alguna podremos encontrar.
Todos vivmos estos meses pasados muy preocupados por la sequía. Ni los más viejos del lugar, como suele decirse habitualmente, recordaban haber visto el río Cúa con unos niveles tan bajos. Día tras día los cacabelenses se acercaban al puente y al parque para desde allí controlar personalmente su cauce(la visita al río es, por tradición, casi una obligación diaria entre nosotros).
Por fin, gracias a las ansiadas lluvias que llegaron finalmente  durante el pasado mes de abril, acompañadas de nieve en las montañas, y a su prolongación  también en estos primeros días de mayo, hemos podido comprobar como el nivel de las aguas ha ido subiendo y éstas han acelerado el ritmo de bajada. ¡El Cúa se mueve!
Respiramos tranquilos, tendremos agua. También las noticias que llegan del Pantano de Bárcena son buenas. El embalse berciano ha pasado de estar al 32% de su capacidad al 45%, y subiendo. Pero lejos del 80% de media que presentaba durante estos diez últimos años en estas mismas fechas.
Este sinvivir durante tantos meses de sequía nos lo podrían haber evitado los flamantes servicios meteorológicos. Cuando Estado, Autonomías  y demás administraciones disponen y presumen de sus sofisticadas agencias para predecir el tiempo, resulta que han sido incapaces de tranquilizarnos informándonos previamente que llovería en abril y mayo. Ineptitud demostrada.
Un humilde almanaque, El Calendario Zaragozano, pronosticó acertadamente y con varios meses de anticipación la llegada de las lluvias y su localización. Y es que ese pequeño librito comenzó a editarse ya en 1840 , además de informar de las ferias, mercados y santoral, para mojarse pronosticando el tiempo a un año vista.
No cesan de llegarnos noticias referidas a la necesidad de acometer una remodelación de las estructuras del Estado ante las exigencias de austeridad y una mayor eficacia. Este último fin de semana el Gobierno anunciaba la recuperación de competencias de la política de aguas que había cedido previamente a las Comunidades Autónomas.
¡Ya tiene otra! Aunque no se trataría de recuperar, sino de suprimir todos los servicios meteorológicos del Estado y de las Comunidades y posteriormente nombrar  al Calendario Zaragozano como Boletín Oficial Meteorológico Nacional.
El ahorro desde luego estaría asegurado. La eficacia estaría por demostrar, pero eso ya interesa menos a los políticos. Pasado el tiempo y demostrada su ineficacia se crearían otras agencias u otros departamentos para tal fin. Y aquí paz y después gloria.

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