¿Suenan aires de boda?

La tranquilidad de la tarde-noche del sábadose vio turbada por el jolgorio provocado por dos  bulliciosos grupos de jovenes(y "jóvenas") recorriendo las principales calles. En uno iba Héctor subido en una singular carroza ataviado con traje nupcial y protegido por sagaces guardaspaldas. En otro era Cristina quien conducía un deportivo de diseño rebecano(de Rebeca) y también protegida por "jovenas" guardaspaldas.
Celebraban la despedida de solteros con gran sentido del humor, quizá debido a la propia inconsciencia de su juventud. Cuando por momentos les llegaba la sensatez y pensaban en el futuro, hacían parada en un bar y ahogaban los lamentos en mencía y en cerveza. Así, una y otra vez, fueron deteniéndose con sus acompañantes en la mayoría de los bares locales y recibiendo la felicitación de todos.
Y ya en serio: ¡Enhorabuena!