Se cumplió la tradición de la noche de San Juan

La estatua del Vendimiador rodeada de macetas "robadas"

Un año más la estatua del Vendimiador amaneció adornada con las macetas "robadas" por los jóvenes, y por los no tan jóvenes,  durante la noche de San Juan. De esta forma se cumplió una año más con la tradición de recoger los tiestos de los balcones que sus dueños no tuvieron la precaución de guardar en esta noche tan especial.
Desde las primeras horas de la mañana han sido muchas las amas de casa que se han  acercado hasta la estatua del Vendimiador para identificar y llevarse los suyos de nuevo a casa aceptando con buen humor la broma; excepto aquellas que ya no encuentran los de su propiedad porque algún avispado se adelantó y, a lo mejor, se los llevó sin querer.
Años atrás, cuando aún no existía la estatua, todas las macetas iban colocándose en dos hileras frente a la Iglesia de la Santa María que, según fuese ese año la "cosecha", se prolongaban hasta el interior de la Plaza Mayor. Hubo años en  que a los mozos se les iba la mano y también recogían cualquier otro tipo de objeto, ya fuese un cartel, una bicicleta o un carro, dejándolos aparcados en algún lugar visible del centro del pueblo. Recuerdo ver presidiendo la fachada del Ayuntamiento un  gran cartel anunciando que el local gozaba de aire refrigerado, cuando su lugar original era la fachada del Cine Faba. Y otro año amaneció aparcado un motocarro sobre el techo de la báscula municipal que ocupaba el lugar actual de la estatua del Vendimiador. Imagino que aquella noche la muchachada, habiendo cenado caliente y habiendo refrescado bien el gaznate, dispuso de las suficientes fuerzas para izar el vehículo  a pulso.
Incidentes y accidentes hubo varios, y alguno grave. Trepar a balcones altos con pocos medios exige mucha habilidad y bajar, cuando te ha sorprendido el dueño de la casa en medio de la faena, todavía exige mucha más. En fin, ya se sabe, son los riesgos del oficio.