Fernando Fueyo durante su charla en el Insituto el 4 de junio pasado |
A los 76 años falleció ayer -3 de enero- en Avilés el artista asturiano Fernando Fueyo.
Fernando Fueyo fue uno de los más relevantes artistas ilustradores de la naturaleza de España. Ese amor y defensa del medio ambiente plasmado en multitud de obras hizo que fuese considerado “el pintor de cámara de los árboles”. Recibió diversos premios nacionales e internacionales; dos veces galardonado con el Premio Internacional de la Sociedad Científica de la Ciencia y la Ilustración; además de Premio Internacional de la Sociedad Geográfica Española, entre otros.
Su amistad con profesores de nuestro Instituto la hizo extensiva al alumnado. En junio del pasado año visitó el centro escolar para mantener charlas con profesores y alumnos. En la crónica de Castroventosa se resaltaba la cercanía del artista con los chicos:
Fue una charla amena y distendida, con constantes anécdotas curiosas y humorísticas, con la que esta relevante figura acercó los interiores de su mundo profesional y expuso su experiencia a los futuros artistas que salgan de las aulas del instituto cacabelense. Al final, debido al interés suscitado y la cercanía humana de Fernando Fueyo, los alumnos le rodearon y charlaron animadamente con él.
Por esas fechas acordó con el ayuntamiento de Ponferrada la realización de una gran acuarela de la monumental glicina que adorna los muros del Museo de la Radio.
El próximo lunes durante el recreo habrá un acto en recuerdo de Fernando.
El Instituto Bergidum Flavium ha colgado en su página Proyecto Bergidum la siguiente despedida:
IN MEMORIAM FERNANDO FUEYO GÓMEZ
Estas vacaciones de Navidad se nos ha ido alguien con una luz deslumbrante. Nos hemos quedado huérfanos de Fernando Fueyo. Inteligencia, compromiso moral, delicadeza, solidaridad, sentido del humor y mucho amor. Buena muestra de las cualidades que le adornaban era su capacidad para tejer y entablar relaciones de amistad profundas y sinceras. Su desbordante humanidad deja una legión de amigos que se agolpaban para darle un último adiós en un hospital abrumado y constreñido entre el respeto de los protocolos COVID y la necesidad de dar una respuesta ante tantas muestras de cariño. Y es que Fernando se lleva un cachito de nuestro corazón.
Observador innato, con una mirada era capaz de captar toda una historia. Un trazo de su mano decía más que mil palabras. Artista polifacético y multidisciplinar, es difícil no encontrar su huella en radio, prensa, televisión o cualquier otro medio de expresión que se pusiera a su alcance. Su mirada de niño travieso iba acompañada de la sabiduría del venerable artista de los 132 años que aseguraba tener.
Ese espíritu inquieto y la generosidad que le caracterizaban hizo que escogiera colaborar en una experiencia educativa irrepetible e integrarse en nuestra comunidad educativa, aunque su vida se desarrollaba a un par de cientos de kms, en Asturias. Visitó solo en dos ocasiones el IES Bergidum Flavium, pero vía telefónica estuvo con nosotros mucho más, acompañado siempre de esa energía imparable y poderosa que seguía conviviendo con un cuerpo que no podía seguirle.
Valoraba mucho nuestro proyecto (más incluso, que premios y reconocimientos), por la cercanía, espontaneidad y alegría que ese futuro grupo de artistas le transmitían, por eso preguntaba con frecuencia por el alumnado y el profesorado del IES Bergidum Flavium. Le emocionó ver en septiembre a un grupo de alumnas que, sentadas en el suelo, asistieron al acto de presentación de la Glicina de la Casa de la Radio en Ponferrada. Recordaba esa imagen con auténtico cariño.
Fernando Fueyo admiraba al naturalista Alexander von Humboldt y su obra, que citaba con frecuencia. No es de extrañar, ya que aunaba como nadie los conceptos de “Arte, Ciencia y Naturaleza” que predicaba el prusiano, pero también conjugaba de manera excepcional las ideas del otro hermano von Humboldt, Wilhelm (filósofo y lingüista): “…la educación debe estar construida por la formación de la sensibilidad y la predisposición para crecer en múltiples intereses intelectuales, profesionales y técnicos...”. No pudimos tener mejor embajador del proceso educativo en toda su amplitud.
Sus abedules, recreados por un grupo de alumnas y alumnos, lucen desde la primavera pasada en una fachada del IES Bergidum Flavium. Una vez sugirió que sería bello educar la mirada y la sensibilidad de las personas que habitan los centros educativos, convirtiendo sus patios en pequeñas galerías de arte, reduciendo ese aspecto de “penitenciaría” que casi todos tienen. Ahí este instituto es pionero y quizá inspirador para otros.
“Abedules, albores de la luz” como describía el artista, tiene las teselas de la parte de abajo más oscuras y mientras se va elevando el abedul, los colores se van aclarando. Con el alba, la corteza blanca les confiere una parte de dignidad superior, de almas puras. La parte de arriba son el aura y el espíritu. Hoy esos abedules rinden homenaje a un viajero incansable que quiso enredar sus raíces con las nuestras.
Decía que cuando dejara de pintar moriría, y así ha sido. Cuando hace apenas unos días me comentó que su mente aturdida por la medicación ya no guiaba su mano, lo supe, aunque interiormente no quisiera reconocerlo.
Querido abedul de níveas cumbres, te dolía el dolor ajeno, porque sentías la conexión que compartimos todos los seres vivos, animales y vegetales. Hoy nos dueles tú. Y dueles mucho, el mundo era mejor cuando estabas aquí. Dibujaste sonrisas en nuestras caras con tus ocurrencias, incluso en los momentos más duros de tu enfermedad, y ahora la tristeza empaña nuestros corazones.
El primer quebrantahuesos nacido en cautividad en el Pirineo oscense fue bautizado con tu apellido. Una rapaz emblemática, de belleza elegante y movimientos sobrios, con la que buscaban homenajear al pintor de Naturaleza más importante de nuestro país. Extiende tus alas, amigo Fueyo, y vuela entre esos bosques de árboles centenarios que solo para tu disfrute han perdido las hojas y muestran su esencia, atrapa, una vez más, toda su belleza y disfruta de este nuevo viaje.
Elena de la Puente
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