jueves, 3 de enero de 2019

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCXXXV)




ELITA Y LOS SUYOS

Por Antonio Esteban
 
Elita es la niña pequeña y sonriente que vemos en la fotografía de esta semana, entre su padre Enrique y su madre Ermitas, palabra, esta, Ermitas, que, miren ustedes por donde, de niños, escribíamos con “H” y que no corregimos hasta muy entrada la adolescencia, cuando comenzamos a dedicarnos a este hermoso oficio de juntar palabras.
Ermitas, es obvio, se parece mucho a su hija y, quizá, aún más, a Rosendo que, en la fotografía tiene una expresión tranquila mientras observa la cámara que lo enfoca o al retratista que maneja la cámara.
Esto aparte, yo, hoy, quiero hablarles del significado del nombre de Elita,  diminutivo de Elia, procedente del griego Helios que era como llamaban en la antigua Helade, al dios  Sol , un dios coronado con una brillante aureola, que conducía un carro a través del cielo, cada día, hasta los últimos límites del Océano que circunda la Tierra y regresaba, por la noche a su punto de partida.
El dios Helios -que significa el que brilla-  era hijo de Hiperión y de Tea y hermano de Selene -la Luna-  y de Eos -la Aurora-.
 Píndaro describió el carro de Helios arrastrado por corceles que arrojaban fugo por los belfos y que tenían estos nombres: Flegonte, Aeton, Pirois y Eoo, todos los cuales estaban relacionados, naturalmente, con el nombre de Helios.
Así que mis lectores ya saben que el nombre de Elita procede del griego Helios que significa el que brilla o resplandece y si analizamos esto con tranquilidad es cierto que Elita brilla y resplandece, como sus compañeros de Ecos de Bérgida. ¿O no?    

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