Calle Elías Iglesias casi enfrente al Instituto. A fondo la casa de Sergio Valín |
UN
PAISAJE APOCALÍPTICO (O CASI)
Por Antonio Esteban González
Un buen fotógrafo debe saber
captar, no solamente las figuras que va a retratar, sino también el entorno en
donde se encuadren esas figuras y esto ocurre en la foto que presentamos esta
semana que recuerda, en un primer momento, uno de esos paisajes que aparecen en
las películas conocidas como postapocalípticas.
Vean, alrededor de tres
mujeres, piedras en ordenado desorden, producido -es un decir- por una explosión nuclear que ha dejado la
ciudad -al fondo- en ruinas y árboles tristes. Tal vez un negrillo
u olmo y un pozo que parecen haber sobrevivido al espanto nuclear. En medio del paisaje desolado, Elena Neira, fallecida
recientemente, Tere Neira Pol y su madre María.
En otro orden de cosas, como
decía un compañero mío en COPE de Lugo, permítaseme explicar algo sobre los apellidos de Teresa y
de Elena, Neira y Pol. Verán: cuenta la leyenda que el caballero Sánchez de
Neyra, nacido en tierras gallegas, defendió, contra los musulmanes, el
territorio regado por el río Arce que, posteriormente, recibió el nombre de
Neira: río Neira. (Parece ser que Neira procede de la partícula germánica ner, que significa guerrero, latinizado y convertido en Neira o Neyra).
Este río nace en los bajos de
una casa en un villorrio de El Cádabo, llamado Fontaneira, en donde se puede
escuchar un sordo rumor -yo lo escuché-
que indica, según los vecinos de la zona, sus orígenes.
En algunos documentos
custodiados en el Archivo Histórico Provincial de Lugo aparece el topónimo
Neira ubicado entre Sarria y Becerreá: Neira de Jusá o Neira de Rey.
Amor Meilán, por su parte escribe:
“Embellecido con el soberano ropaje de
una espléndida poesía y achacando a don Tello de Neira la deshonra de la
doncella Elvira, hija de un labrador, escribió, el inmortal Lope de Vega, “El
mejor alcalde, el Rey”, una de sus obras más admirables”.
Sobre el apellido Pol hay
encontradas opiniones: algunos genealogistas dicen que su origen procede del
obispo Paulus Aurelianus que tuvo sede en Bretaña y otros afirman, sin embargo,
que procede de Croacia y, para ello, se basan en el Chronicon Iuliani.
Y, esto dicho, solamente me
resta decir, que con esta curiosa foto regresamos a un paisaje y a un tiempo ya
desaparecidos y que nos embarga hoy la nostalgia de ese paisaje y de ese tiempo
que ya no regresarán.
Enterese. primero bien de nombre y apellido. Y el comentario me parece fatal
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