miércoles, 11 de septiembre de 2019

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCLXVII)




TOÑO VEGA
Por Antonio Esteban

Toño Vega era albañil, oficio importante, antes de ponerse de moda las casas prefabricadas.

Ayer, los albañiles   -los buenos albañiles, los que, casi, calculaban a ojo las medidas-  no necesitaban planos para construir, por ejemplo, un alpendre. Era suficiente un metro de madera y su experiencia y en un plis plas lo levantaban, y aún se conservan en pie, hoy.

Toño Vega era un albañil que siempre tenía trabajo, aunque el trabajo fuese una chapuza. Era igual. Toño sabía que, a veces, una chapuza era tan importante como levantar un muro para delimitar una finca y la gente confiaba en él así que, un buen día, como tenía trabajo, decidió mudar de estado. Tocaba casarse y matrimonió con su novia de siempre: con Florinda, la moza que había robado su corazón porque los albañiles también tienen su corazoncito… Florinda, además, sabía hacer una tortilla de patatas, un caldo de berzas o planchar el traje de pana de los domingos.

Toño, por si alguno de mis lectores no lo recuerda, era hermano de Avelina, madre de Mundo Guerrero, el ebanista y hermano, también, de Angustias, de Laila, de Josefa, de Gerardo, de Sildo, de Carola, de Rosa y de Teresa. Familia numerosa. Por aquellos días abundaban las familias numerosas ya que hombres y mujeres entretenían sus ocios trayendo hijos al mundo para mayor gloria de la Patria que los premiaba con un carné de familia numerosa.

Un buen día Florinda y Toño decidieron fotografiarse para dejar un recuerdo a sus hijos, cosa que nos ha venido muy bien a los que tratamos de contar, en fotografías, la historia de la villa. Y aquí están.

Sirva la imagen de hoy para recordar al albañil Toño Vega y a su mujer Florinda. 

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