lunes, 26 de septiembre de 2016

La vendimia ya no es lo que era


Tractores con uvas a la entrada de la Cooperativa esta tarde

Para significar los muchos cambios experimentados por la vendimia en los últimos años se podría parodiar la respuesta que da don Sebastián a don Hilarión en la célebre zarzuela La verbena de la Paloma: los tiempos cambian que es una barbaridad (Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, en el original).
Tractores y carros hacen cola para pesar en la antigua báscula de la Cooperativa hace cincuenta años

Y para corroborarlo nada tan simple como darse una vuelta por la Cooperativa para comparar imágenes del pasado con la que mostraba esta misma tarde de domingo. Años atrás una larga hilera de tractores o carros se extendía hasta el puente, incluso por momentos se prolongaba hasta las Angustias, y se ramificaba también por la carretera de Arganza. Hoy esa escena ya es sólo recuerdo porque  ni una decena de vehículos cargados de uvas esperaban a descargar más allá de las siete de la tarde.
Por una parte la descarga de uvas se ha diversificado actualmente y llega a decenas de bodegas que antaño no existían; añadiendo, por supuesto, la merma de producción, el abandono de viñas y la venta para otras zonas geográficas. Los atascos y las largas horas de espera también se han paliado gracias a la planificación del horario de recogida según variedades.
La realidad, para la Cooperativa, es que en esta campaña espera recoger tres millones de kilos y necesitaría al menos un millón y medio más. Según informaciones de la propia bodega ya tiene contratos para comprar 300.000 kilos de uva mencía a los que deberían sumarse los restantes necesarios para llegar a la primera cifra.
Pol tomando muestras para medir el grado de la uva

Descarga de uva mencía en una de las tolvas

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