A pesar de la invasión de adornos y símbolos que
llegan de más allá de nuestras fronteras para celebrar la Navidad, aún se
mantiene muy viva la costumbre de montar el tradicional belén en parroquias,
sociedades, ayuntamientos…y en casas particulares.
Y este belén que hoy aparece en castroventosa es un
belén familiar, es el belén de la familia Udaondo-Puerto de Camponaraya. Los
progenitores-Fermín Udaondo “el sillero” de Cacabelos y Azucena Puerto-junto
con sus hijos son los “responsables” de su ya larga (cuarenta años) presencia
en el domicilio familiar.
El cacabelense Fermín Udaondo posando ante su belén |
Varios centenares de figuras, decenas de edificios y
artilugios integran actualmente este belén de casi cuarenta metros cuadrados.
Cantidad de figuras de personajes tradicionales en la representación del
nacimiento de Jesús en Belén, sus casas, sus animales domésticos, sus muebles,
sus herramientas…parecen cobrar vida en él. La iluminación imita al día para
que el escenario cobre actividad (todos los mecanismos y figuras articuladas se
mueven) y también lo oscurece para recobrar la calma de la noche. El sonido
ambiente reproduce los ecos de la naturaleza en un ambiente rural. Nada queda
al azar. Incluso el tamaño de las figuras y edificios está concebido para que,
desde la perspectiva del espectador, se
produzca el efecto de lejanía y que el trigo que crece en el sembrado sea tan
natural para precisar una poda de vez en
cuando.
Si tiene
mérito el enorme trabajo que supone el montaje-catorce días este año-con
un tinglado de plataformas, de circuitos
eléctricos, de mecanismos y, por supuesto, de todos los edificios y figuras que
suelen estar presentes en esta conmemoración navideña; también lo tiene el ser
todo artesanal. Azucena durante estos años se ha hecho una experta pintando las figuras y Fermín se especializó
en el montaje de la estructura, en el rompecabezas del sistema eléctrico y en
los mecanismos.
Posteriormente se sumó su hijo Francisco José en labores de
arquitectura. De sus manos salieron el Castillo de Herodes, las viviendas,
molinos, etc. que pueblan este
espectacular belén.
No falta-semioculto y muy discreto entre unos
arbustos-el típico “caganer” que en la actualidad una mayoría de medios de
comunicación atribuyen a una tradición catalana. Tradición que será cierta,
pero que también existía y existe desde hace muchas décadas por otras zonas de
España. En Cacabelos se podía ver hace más de medio siglo al cagador en belenes cuya figura tenía más de cien años.
Este llamativo belén nació para deleite de la propia
familia, pero el boca a boca de familiares y amigos fue extendiendo su fama no
solo por la comarca berciana, sino también por el resto de la provincia y
Galicia; hasta un autobús con setenta
jubilados aparcó un día delante del domicilio para visitarlo y, por supuesto,
lo visitaron. Nadie que llame a la puerta se quedará sin entrar…y más si los
visitantes son de Cacabelos. Azucena y Fermín abrirán y ejercerán gustosamente
de cicerones en su propia casa.
Con la aquiescencia de Azucena y Fermín, castroventosa anima realizar una parada en
Camponaraya (muy cerca de las naves de Mancomunidad de Aguas) para contemplar
este galardonado belén (una docena de trofeos adornan las vitrinas familiares) que ni te lo imaginas.
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