Antonio leyendo su poema tras recibir el premio en Hoyo de Manzanares |
No todas las noticias tienen que ser malas. Al menos este
pasado martes nos trajo una muy grata, especialmente para este cuaderno.
Antonio-Esteban, colaborador de este blog y autor del pie de foto de la sección Imágenes y recuerdos de Cacabelos , que muy pronto cumplirá un año en la red, recibió este veintitrés de abril, Día del Libro, el PRIMER PREMIO DE POESIA del concurso presentado por el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares (Madrid).
Antonio-Esteban, colaborador de este blog y autor del pie de foto de la sección Imágenes y recuerdos de Cacabelos , que muy pronto cumplirá un año en la red, recibió este veintitrés de abril, Día del Libro, el PRIMER PREMIO DE POESIA del concurso presentado por el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares (Madrid).
Y es que Antonio es un veterano ganador de premios literarios y de dibujo a lo largo y
ancho de la geografía española. Éste hace el número cuarenta en su larga
trayectoria. Atrás quedan la Pluma de Oro de Alcor, el Primer Premio de Poesía
Escritura y Memoria de Alicante, Primer Premio Ibercaja de Zaragoza, Primer
Premio de Iniesta, Primer Premio de Paradela, Primer Premio de Cuentos del
Pueblo Gallego, Primer Premio Certamen del Botillo de Bembibre, , Primer Premio
San José de Logroño, premios en Lugo, Vivero Barcelona, Palencia...y así hasta los cuarenta conquistados.
En esta ocasión, y respetando las bases de la convocatoria, el premiado
fue un poema titulado HISTORIA DE MARÍA SOLTERA que
el autor me permite reproducir para que os llegue a
todos.
HISTORIA DE MARÍA SOLTERA
I
María era soltera y no tenía un techo que albergase sus silencios.
(Decían por el pueblo que María contaba a las estrellas sus secretos).
María era sencilla. Era humilde. (Palomas entre rejas sus dos pechos,
ansiosos de sentirse entre unas manos, sufrían en la jaula prisioneros).
María estaba sola. La amparaba la lluvia que amansaba su centeno
y el agua de su llanto y sus esperas rompiéndose en ausencias por su cuerpo.
María era soltera. Le llamaban soñadora a María, en el pueblo,
y reían cuando ella iba descalza soñando lo que sueñan otros sueños.
Los perros la buscaban y María tenía, sonriente, siempre un gesto
y acaso un mendrugo de pan duro, hurtado a la comida, para ellos.
María fue soltera porque quiso. Porque alguien borró -hizo el silencio-
al mozo que llenaba con palabras los días más gloriosos de su cuerpo.
María era suspiro cada tarde. Miraba el horizonte y el recuerdo
abrasaba las manos que sentían el agua de la fuente entre sus dedos.
La historia aún dice más de esta María: que era virgen. Soltera. No tuvieron
las noches más oscuras en las eras sabores a pecado sino a besos.
La historia de María es muy sencilla: ausencias, soledades y recuerdos
y un mozo, una guerra y las campanas -cuchillo en la distancia sin quererlo-.
Dejadme que la cuente y le dé forma, sencilla como ella. Su recuerdo
siguie latiendo aún en mis querencias y es agua, aire y luz en estos versos.
II
María fue mujer y, como otras, también tuvo al amor el pecho abierto.
María fue una espiga bien granada y supo de palabras y de besos
y supo del amor como las otras -también del desamor- y del deseo
batido en retirada y no vencido. Razón de sinrazón. Sangre y aliento.
No supo aquella moza que los mozos hablaban de María con respeto
y nadie poseyó, como quisiera, la flor en galanura de sus pechos.
María fue la roca inconmovible. Ocultos ruiseñores en su cuerpo
volaban por sus ansias contenidas trinando melodías en sus dedos.
Y supo de gemidos que dolían al verse hecha mujer frente al espejo.
III
María era soltera. Ya os lo dije. Nació yo no sé cuando. No recuerdo
el nombre de sus padres ni sus días. Trigales y biznagas la mecieron.
Las tardes de María eran sonrisas: la fuente, las ovejas, el centeno
-grano a grano- -uno a uno- en una artesa. Las noches de María, padrenuestros
que siempre alguien moría en una casa, dejando entre las gentes hondo hueco
y allí iba María, airosa, cuando volvía fatigada, del barbecho.
Las calles polvorientas de la aldea sabían de su paso y sus silencios.
las piedras de las calles aún conservan sus huellas indelebles. Su recuerdo.
Escribo esta historia, amigos míos, ahora que María es solo un eco.
IV
María era amor. Y fue soltera -que amor es un suspiro o un silencio-.
María le fue fiel a las ausencias sin ver que iba de moza, envejeciendo.
Y fueron ya dos fláccidas palomas los dulces almendrucos de sus pechos.
María fue soltera. No hubo hombres que hablaran a su oído de secretos.
¡La guerra se llevó tantos afanes...¡. Con ella se marchó todo aquel tiempo
de amores, desamores y memorias vencidos tras tres años de un mal sueño.
María se murió siendo soltera. Dejadme que la cante en estos versos.
Que ponga un epitafio a su memoria, que es carta a Maria o quiere serlo.
Y en forma de remite solo un nombre: el mío y a pecho descubierto.
I
María era soltera y no tenía un techo que albergase sus silencios.
(Decían por el pueblo que María contaba a las estrellas sus secretos).
María era sencilla. Era humilde. (Palomas entre rejas sus dos pechos,
ansiosos de sentirse entre unas manos, sufrían en la jaula prisioneros).
María estaba sola. La amparaba la lluvia que amansaba su centeno
y el agua de su llanto y sus esperas rompiéndose en ausencias por su cuerpo.
María era soltera. Le llamaban soñadora a María, en el pueblo,
y reían cuando ella iba descalza soñando lo que sueñan otros sueños.
Los perros la buscaban y María tenía, sonriente, siempre un gesto
y acaso un mendrugo de pan duro, hurtado a la comida, para ellos.
María fue soltera porque quiso. Porque alguien borró -hizo el silencio-
al mozo que llenaba con palabras los días más gloriosos de su cuerpo.
María era suspiro cada tarde. Miraba el horizonte y el recuerdo
abrasaba las manos que sentían el agua de la fuente entre sus dedos.
La historia aún dice más de esta María: que era virgen. Soltera. No tuvieron
las noches más oscuras en las eras sabores a pecado sino a besos.
La historia de María es muy sencilla: ausencias, soledades y recuerdos
y un mozo, una guerra y las campanas -cuchillo en la distancia sin quererlo-.
Dejadme que la cuente y le dé forma, sencilla como ella. Su recuerdo
siguie latiendo aún en mis querencias y es agua, aire y luz en estos versos.
II
María fue mujer y, como otras, también tuvo al amor el pecho abierto.
María fue una espiga bien granada y supo de palabras y de besos
y supo del amor como las otras -también del desamor- y del deseo
batido en retirada y no vencido. Razón de sinrazón. Sangre y aliento.
No supo aquella moza que los mozos hablaban de María con respeto
y nadie poseyó, como quisiera, la flor en galanura de sus pechos.
María fue la roca inconmovible. Ocultos ruiseñores en su cuerpo
volaban por sus ansias contenidas trinando melodías en sus dedos.
Y supo de gemidos que dolían al verse hecha mujer frente al espejo.
III
María era soltera. Ya os lo dije. Nació yo no sé cuando. No recuerdo
el nombre de sus padres ni sus días. Trigales y biznagas la mecieron.
Las tardes de María eran sonrisas: la fuente, las ovejas, el centeno
-grano a grano- -uno a uno- en una artesa. Las noches de María, padrenuestros
que siempre alguien moría en una casa, dejando entre las gentes hondo hueco
y allí iba María, airosa, cuando volvía fatigada, del barbecho.
Las calles polvorientas de la aldea sabían de su paso y sus silencios.
las piedras de las calles aún conservan sus huellas indelebles. Su recuerdo.
Escribo esta historia, amigos míos, ahora que María es solo un eco.
IV
María era amor. Y fue soltera -que amor es un suspiro o un silencio-.
María le fue fiel a las ausencias sin ver que iba de moza, envejeciendo.
Y fueron ya dos fláccidas palomas los dulces almendrucos de sus pechos.
María fue soltera. No hubo hombres que hablaran a su oído de secretos.
¡La guerra se llevó tantos afanes...¡. Con ella se marchó todo aquel tiempo
de amores, desamores y memorias vencidos tras tres años de un mal sueño.
María se murió siendo soltera. Dejadme que la cante en estos versos.
Que ponga un epitafio a su memoria, que es carta a Maria o quiere serlo.
Y en forma de remite solo un nombre: el mío y a pecho descubierto.
!!Que belleza de poema!! ENHORABUENA POR EL PREMIO.Vidal
ResponderEliminarenhorabuea la verdad que el poema llega y hasta emociona, merecido premio
ResponderEliminarEspantoso. Con el buen nivel que tiene la poesía berciana y leonesa en general... Y leer esto...
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