jueves, 24 de noviembre de 2011

Traslado provisional de la carnicería El Vasco


Algunos lectores de este cuaderno se preguntaban ayer cuál sería la nueva ubicación de la carnicería el Vasco al derribarse próximamente la sede actual. Al ver la fotografía que encabeza la entrada de hoy saldrán de dudas. Estos días los pintores están dando los últimos retoques al local donde hasta hace poco tiempo hubo una tienda de comestibles frente a la Iglesia.
También tienen su  particular historia los bajos comerciales de ese edificio. En el  mismo chaflán donde abrirá el Vasco, aunque ocupando mucho menos espacio, existía una peluquería de caballeros. Alfredo “Gancha”, fallecido el año pasado, me contaba que había trabajado allí de aprendiz de fígaro en los últimos años cuarenta del pasado siglo. Posteriormente el local se transformó en tienda de ultramarinos bajo la batuta de Juan Núñez, Juanín. Creo recordar  a Pili, su sobrina y posteriormente dueña del Napi, siendo muy jovencita, llevar las riendas del negocio con total soltura.A la muerte de Juanín se hizo cargo del negocio su mujer, Maruja, y posteriormente su hija Marita.
A la derecha, bajando ya por la calle de las Angustias y donde hoy  la  boutique de Isa ofrece la última moda femenina, se encontraba la oficina de Correos. En ella reinaba el mítico cartero Mero  con su monumental talla y el orgullo de haber tenido que devolver en toda su vida profesional una sola carta por desconocer al destinatario. Bueno, esta ya sería otra historia. Sigamos.
Subiendo la acera hacia la plaza, colindando con Juanín, se ofrecía al público una de las tiendas más emblemáticas de los años cincuenta y sesenta: Mercería Lupe.  Como indicaba el rótulo, la dueña era Lupe, una madrileña muy lista y trabajadora que se había casado con Rutilio, natural de Villabuena, y juntos se aposentaron en Cacabelos. La Señora Lupe con su desparpajo y amabilidad atendía a su amplísima clientela con la ayuda de dos o más chicas empleadas de la tienda. Siempre recordaré a alguna de éstas( sobre todo  Luciana) sentada y muy concentrada cogiendo los puntos a las medias con un extraño punzón que introducían y sacaban rápidamente a través  de la media bien estirada y bajo la iluminación de una fuerte luz. En aquella labor  siempre me pareció ver algo mágico. Por su hijo, José Antonio, supe este verano que Lupe había fallecido en Barcelona unos meses atrás.Fue muy conocida y querida en Cacabelos.
Entre la farmacia y la mercería estuvo la frutería de Camilo. Cuando se jubiló. su local sirvió para ampliar la mencionada mercería. También amplió Juanín su comercio cuando Lupe y su familia cerraron para trasladarse a tierras catalanas.
En la actualidad parte de los locales presentan un notable estado de abandono y sus antiguos escaparates sirven de soporte a todo tipo de carteles publicitarios.       

2 comentarios :

  1. Gracias por la aclaracion del traslado, madre mia estas navidades cuando suba vere todo cacabelos muy cambiado

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  2. José Antonio era dos cursos mayor que yo....pero estudiábamos juntos, porque en la Academia había multinivel de clases....siempre lo recordaré recitando, en aquel francés memorístico que aprendíamos, "je parlerai...". Era un buen empollón...
    Una lástima ese tan bello rincón, con casa blasonada!, en que estado se encuentra...

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