Cierra La Golondrina

 

Fachada de la actual Confitería La Golondrina

La Golondrina, la pastelería por antonomasia de Cacabelos, está a punto de echar el cierre. Si nadie lo remedia, el próximo 28 de febrero será el último día en funcionamiento. Tania y Fran emprenden nuevas aventuras comerciales.

En la foto se puede apreciar en los soportales de la Plaza el Banco de Santander y, a la derecha, la confitería

La pastelería La Golondrina, actualmente en la calle Los Negrillos, estuvo anteriormente en la Plaza Mayor, en el local que hoy ocupa El Edén. Abierta inicialmente como Confitería Lago, nombre del pastelero que a principios de la cincuenta del siglo XX se trasladó al Barco de Valdeorras para continuar en esa tierra vecina con la misma actividad.

 Tomaron el relevo Paco y Mercedes para endulzar a los cacabelenses con sus creaciones. Los mayores aún recuerdan con nostalgia en Navidad el llamativo escaparate con las famosas culebras (¿o anguilas?) de mazapán de variados tamaños.

Años más tarde se trasladaron al actual local, donde los padres de Paco (hijo de Emilia y Leopoldo Sernández, fundadores de la panadería La Golondrina) habían tenido una fábrica de gaseosas en el antiguo edificio. También fue ocupado este espacio por el taller de Bicicletas de Ángel Sarmiento y la imprenta de Pepe, hermano de Paco. Tras la jubilación de Mercedes, se hizo cargo del negocio Rosa Mary, su sobrina, quien traspasó la confitería a Tania y Fran el 28 de febrero de 2016. En pocas fechas se cumplirán 9 años.