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Apenas unos pocos cacabelenses se empeñan en seguir la tradición de celebrar la despedida del año con la hoguera de San Manuel. Así venía haciéndose desde tiempo inmemorial cuando se quemaba en el Campo de San Isidro o Campo Tablado. Allí se hacían arder enormes zochas traídas desde los pedregales próximos del río Cúa. Durante la tarde y noche del 31 de diciembre se acercaban vecinos del barrio y de otras zonas de Cacabelos para compartir esas últimas horas del Año Viejo y las primeras del Año Nuevo.
Desde la construcción y urbanización de esa zona se retiró la hoguera a la calle posterior del Instituto y ya, desde 2017, se trasladó a un solar de Carito en la salida de Cacabelos hacia San Juan de Carracedo.
Y es precisamente Carito, quien con la colaboración de algunos vecinos de ese popular barrio cacabelense, el alma mater de la hoguera. Durante todo el año se encarga de ir acumulando leña y troncos que se harán arder en esta noche tan especial del año. A él acompañan esos vecinos amantes de la tradición y preparan chorizos asados, pancetas, sopas de ajo, además de los consabidos postres navideños, para consumirlos en sana camaradería e incluso para invitar a cualquiera que se acerque por allí.
Que sea por muchos años.
Tino y Antonio 
Sin Carito ya no habría hoguera 
Diego a los mandos de la máquina de asar 
¿Serán la savia nueva y continuarán la tradición?
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