DOMICIANO
Por Antonio Esteban
Yo no sé si a Domiciano, hombre tranquilo, se le puede llamar Domiciano, el del “marco”, como a Floripes, su mujer, a la que dicen Floripes, la del “marco”. Si quiero decir que, además de curiosa - y clásica- la expresión “la del marco”, es una hermosa -y culta- maneras de citar un lugar que sirve de límite a otro lugar y lo separa. Existe, también, la palabra “hito” que, igualmente, sirve parta marcar un territorio, como, por ejemplo, Piedrahita, en Ávila o sea, piedra colocada en la tierra -hincada- que marca una zona. Sin ir más lejos, aquí tenemos Piedrafita -repito piedra hincada o coolocada que viene a significar lo mismo. Pero nos hemos apartado un tanto del tema que nos ocupa que es hablar de Domiciano un hombre que pasó prácticamente su vida en un camión. Un hombre decente y honrado que, tal vez no conociese el significado de hito o marco en el sentido que hemos explicado. Hoy, de aquellos viajes a bordo de un vehículo, solo queda el recuerdo como queda el recuerdo de esta foto curiosa y bucólica en la que Domiciano, tal vez un domingo de asueto, aguarda a la novia con un pequeño porrón -hemos perdido ya la imagen del clásico porrón-, a medias, recostado sobre una especie de manta y con el sombrero ladeado. Era ayer -un ayer lejano- que nos regresa a otros tiempos. Como siempre.
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