EN LA BODA DE PEPÍN QUIROGA
Por Antonio Esteban
Un buen día, como era lógico y natural, Elita ,le dijo a Pepín:
-Tenemos que fijar fecha para la boda. No voy a estar toda la vida, de novia. Compréndelo, Pepe
Y Pepín que era -y es- persona de buen natural y que, además, quería a Elita, le dijo que sí, que buscarían fecha para la boda, que lo diría en casa y al cura, para lo de las amonestaciones y que hablaría con el sastre para que le tomase las medidas y le confeccionase un traje. Que dejase todo de su mano y que él lo prepararía todo. Y, también, -le dijo- que se lo comentaría a su amigo Banfi, el de don Justo que, en broma le dijo que ya iba siendo hora de que se casase.
Y Elita y Pepín se casaron de acuerdo con las normas impuestas por la Iglesia católica . Hubo banquete: merluza dos salsas, cabrito y tarta nupcial y, entre otros amigos y parientes,, asistieron a la boda Heliodoro, que regentaba una taberna y su mujer, Angustias que preparaba , para acompañar al vino, las sardinillas en lata o los mejillones en escabeche.
Pepín que es hombre ilustrado le decía siempre a Heliodoro
-Tu nombre procede del griego, Heliodoro. ”Helios” es el nombre del “dios Sol” y “doron” significa regalo, así que Heliodoro quiere decir “regalo del sol”.
Y Heliodoro asentía cachazudamente y cuando terminó la ceremonia le dijo -Heliodoro a Pepe- que querían una fotografía con ellos. Y Pepe y Elita accedieron y ahí está la fotografía, que es un recuerdo inolvidable.
¡Ojalá todos los días de un ayer lejano fuesen así…¡
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