Un año más el entorno de las Angustias fue un hervidero de gente la tarde del día de las Candelas . Unas dos mil personas acudieron al Santuario con sus cestas y bolsas repletas de panes en forma de palomas, trenzas, roscas o cuernos para cumplir con la tradicional bendición de los mismos.
Fieles cacabelenses y de pueblos vecinos acuden año tras año a este acto religioso y posteriormente celebran una merienda con el pan recién bendito. Muchos envían a sus familiares ausentes algunas piezas como símbolo de deseos de prosperidad y para paliar de algún modo la nostalgia. Otros, cada vez menos, guardan alguna de las figuras para dársela a los animales domésticos para preservarlos de las enfermedad
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