Uno quiere imaginarse que es un coleccionista o que le da
pena deshacerse definitivamente de las cajetillas una vez que se ha fumado los
veinte cigarrillos que contienen. Lo ignoro, pero sí sé que es tenaz. Guarda
cada cajetilla que termina para
posteriormente depositarla junto a “su colección” en el arcén del camino que
lleva a Magaz después de San Bartolo.
Hay personas que en sus paseos por esa zona recogen botellas,
papeles y demás residuos que los ciudadanos descuidados
–vamos a dejarlo ahí- van dejando por aquellos caminos. Pero, claro, no quieren
interrumpir la colección y respetan la afición del aludido señor dejando sus
piezas coleccionables en el mismo lugar.
Un o una paseante, sin embargo, quiso dejar un mensaje corto
y claro para definir al colector: CERDO.
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