Camilo y Maruja con su ahijada María José en la antigua avenida José Antonio, a la izquierda hoy está el chino |
CAMILO
Por Antonio Esteban
No quedan, no hay, ya no existen empleados de Banco -iba a llamarle banquero- como Camilo González Sevilla -Camilín, hijo de don Camilo- que salía a tomar, por ejemplo, un vino a las doce de la mañana más que, para degustar el vino ,para charlar con un posible cliente que se le resistía.
A Camilo se le podía entregar, a cualquier hora, fuera de las horas de trabajo, veinte mil duros, sin papel alguno que lo acreditase y sabías que, a primera hora de la mañana, aquellos veinte mil duros estaban abonados en tu cuenta. Tratabas con personas y, no como hoy, con máquinas, a las puertas del Banco que no admiten un pago o un ingreso o una transferencia si el dinero no es en papel. Las monedas no sirven. ¡Estupideces’ y, además, en algunos establecimientos que hacen mucha parafernalia propagandista, debes hacerlo antes de las once de la mañana y en alguno, debo decirlo, no admiten menos de seiscientos euros. Lo he vivido en mis propias carnes.
Camilo era un hombre de Banco. Conocía los problemas del cliente y los solucionaba y, si alguna vez negaba un crédito, no era él quien lo negaba, eran las circunstancias y “los de más arriba que no entiende de problemas de la gente del campo” y te sentías agradecido por sus palabras y seguías confiando en él.
A Camilo, hijo de don Camilo y hermano de Toñines y Gonzalito lo echan de menos los clientes, que no eran clientes, sino amigos. “No habrá otro como él” -me dijo alguien. Aquí lo tienen con su ahijada María José la hija de Florisa y Barrigo, el día de la primera comunión del niño y con Maruja, su mujer que lo llora todavía.
Allá en donde esté, seguramente echa de menos los efectos comerciales a cobrar, los reintegros, los ingresos en cuenta o los morosos. También en la villa lo echamos de menos a él.
Esta es una foto de ayer para recordarte, hoy, Camilo.
Hola Carlos, soy M°José,la pequeña de Florisa y Barrigo. La de la foto soy yo, ya que Camilo y Maruja son mis padrinos, con ésto aclaro que no soy sobrina, si no ahijada. Camilo y mi padre fueron siempre muy amigos, de ahí que los eligieran para ser mis padrinos de bautismo.
ResponderEliminarSé que Antonio Esteban no me conoce, por eso he decidido aclararlo.
Pero es un recuerdo bonito de Camilo y una foto que me encanta.
Un saludo