UN DIA CUALQUIERA DE UN MES CUALQUIERA…
Antonio Esteban González
Posiblemente no fuera un día cualquiera de un mes cualquiera
de cualquier año. Seguramente era un día señalado, para los cinco mozos que se fotografían con
toda la fuerza de la juventud en sus rostros
-uno de ellos me explicó que la fotografía fue tomada en los alrededores
del cementerio- y la sonrisa de tener la
vida en sus manos. Acaso fue así, pero, en todo caso, no importa mucho. La vida
es como es.
Lo que no adivinarían nunca es que esta foto, muchos años
después, serviría para rellenar, una semana más, nuestro blog -que es el blog de todos- y nuestra sección: IMÁGENES Y RECUERDOS DE
CACABELOS y, sobre todo, para ver cómo cambiamos, físicamente aunque no nos demos cuenta de ese cambio que
se produce día a día.
Nos gustaría saber
-eso sí- si esa vida de la que
hablábamos ha sido generosa con ellos y
si ha habido más claros que sombras, más luces que oscuridad pero, eso también
serían ellos quienes deberían decirlo y, seguramente no nos lo van a decir. Poco importa, porque, al fin y al
cabo es algo que les pertenece, es algo suyo, muy particular y en la mayor
parte de la veces, morirá con ellos.
Ahí están Ignacio Perejón, Lolo Couceiro, Manolo Vega -“Cemento”-.
Amílcar y Negrín, que vive en Galapagar (Madrid) de donde es natural el
torero José Tomás y en donde está enterrado don Jacinto Benavente.
Ahí están sin darse cuenta
-al menos en aquellos momentos- de que la vid los aguardaba con los
brazos abiertos como una moza -como
ellos- abierta a todo, hasta lo más
inconfesable.
Foto nostálgica, sobre todo para los cinco.
Del último párrafo deduzco que el autor presupone que los cinco fotografiados viven. Lamentablemente Manolo Vega ha fallecido hace cuatro años.
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