CACABELOS AYER (III)
Antonio Esteban González
Presumiblemente, la fotografía que presentamos esta semana
es una fotografía anterior a la que presentamos la semana pasada, porque los
magnolios eran más pequeños.
El jardincillo, en el centro de la plazoleta, era un
jardincillo -presumiblemente geométrico,
aunque triste- como lo era el
Ayuntamiento, un edificio con desconchones en el que ondea una bandera.
(Adosada al ayuntamiento, a la izquierda, estaba la fonda -o pensión o casa de comidas- de la Corina y, más a la izquierda, de la
foto, CASA GUERRA, una especie de bazar en donde los vecinos de la villa podían
abastecerse de garbanzos, lentejas pardinas, aceite o pimentón de La Vera y,
muy cerca, al otro lado de la calle, la confitería de Lago que ocupaba parte de
lo que hoy ocupa la joyería de Ezequiel Marcos.
Al fondo de la foto, a
la derecha, la casa en donde
Librería Valín, hoy, despacha la prensa y que, en aquellos momentos no era
Librería y, a la derecha, frente a uno de los laterales del Ayuntamiento, la
tienda de Herminio -o de don Herminio- que vendía lanas y telas. (Mamá -mi madre- nos obligaba a llamar a Herminio,
don Herminio y no sé muy bien por qué. A lo mejor porque mi madre, en casos
como este, era muy mirada y respetuosa).
Hay una bandera
-dije- izada, ondeando al viento
en la terraza del ayuntamiento en aquel día tristón de primavera porque, en el
jardín, había flores, flores tristes,
pero flores al fin y al cabo.
Tal vez, pienso ahora,
el día me parezca triste y no lo
fuera, pero han pasado tantos años que las fotos de triste color sepia parecen
fotos tristes de días tristes. De todas formas, la foto es una foto nostálgica
de un tiempo -seguramente- que a ninguna de nosotros nos gustaría
recuperar.
Que lastima haber demolido tan bonito edificio para construir la mamarrachada que luce hoy en dia. Muy pocas luces por ese entonces.
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