CIPRIANO
Y LOS OTROS
Por Antonio Esteban González
“CIPRIANO
Y LOS OTROS” bien pudiera haber sido el título de una
película neorrealista italiana, pero no lo es. Es el título de un sencillo artículo que
encabeza esta semana la sección IMÁGENES
Y RECUERDOS DE CACABELOS que, para los amigos del blog, es tan interesante
como pudiera serlo una película italiana. O más.
Es una foto, esta, que
tiene a sus espaldas ochenta y ocho años, un número redondo y que está
tomada -eso creemos-
en los alrededores del Santuario, seguramente con cámara automática que
había traído Cipriano de la República Argentina, dos años atrás, en mil
novecientos veintiocho.
Al ladode Cipriano, a la
izquierda -de chaqueta cruzado y corbata
movida por el viento- vemos a Marión, -o Marujón-
persona muy conocida en la villa
que era hermana de Ovidia Méndez, mujer de belleza extraordinaria a decir de los
que la conocieron.
En el centro de la
fotografía, una jovencita de Villafranca, de la familia de los Lago que mira
arrobada a Cipriano y que era prima de María Garrido, a la
derecha, de luto, que, aquí, posa con su marido Luciano Cela.
Como curiosidad ya que
los lectores del blog son curiosos -yo también lo soy- decir que, por aquel entonces, Cipriano era
el fotógrafo oficial de Cacabelos y que había aprendido el oficio en América y
añadir que los padres de María eran don José y doña Aniceta. Él, boticario y
ella su santa esposa sin que el adjetivo santa
tenga connotaciones peyorativas y que, entre fórmulas magistrales que el
boticario preparaba en su rebotica y el despacho de las célebres píldoras
orientales para el aumento de pecho en las señoras, pudo engendrar diez hijos:
cinco varones y cinco hembras: Leandro, Lucio, Alfonso, José, Choncho, Carmen,
María, Luz -madre de Raúl Guerra Garrido-
Julia y Niceta.
Esto es lo que ha dado hoy
de sí, una foto del álbum particular de Nice Cela Garrido, nieta del boticario.
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