miércoles, 23 de mayo de 2018

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCXV)


Unión Deportiva Cacabelense

UN MILLON DE EUROS. (O MÁS)

Por Antonio Esteban González

Creo   -y no me equivoco-  que, tal vez, algo más de un millón de euros es lo que valdría el equipo de la Unión que presentamos hoy en IMÁGENES Y RECUERDOS DE CACABELOS.

Estoy de acuerdo con todos aquellos que dicen que las tácticas, los campos de juego, la condición física y de entreno no son las mismas que ayer. Hoy, ahora, todo está más estudiado y medido y las circunstancias son diferentes, pero estos hombres que defendían la camisola azulina, seguramente -en bloque-  podrían jugar en categorías superiores y su valor   -en conjunto-  superaría con creces el millón de euros.  Unos cien mil –más o menos-  cada uno de ellos. Y, si no se lo creen, díganme ustedes lo que podría valer Tin, que defendió los colores del Logroñés o Carlitos, los blanquiazules del  Depor o Ricardito, que formó en varios e equipos  de la provincia.

Yo recuerdo ahora, a vuelapluma, el impacto que causó entre los aficionados de la villa, el fichaje de Mourelo y de Carlos por el Deportivo de la Coruña y recuerdo también los comentarios, en Toral, diciendo que Pepín “Tacones” o Rosendo García, que no habían llegado a equipos superiores pero que tenían en sus botas todo el fútbol de entonces, podrían haberlo hecho. Y recuerdo a Albertín, al que los niños de Toral admirábamos en el viejo campo de la cementera. Todos pedíamos a nuestros papás que nos llevasen a verlo, los domingos, y es de suponer que Alberto venía desde Cacabelos a jugar sin cobrar nada.

Y ahí los tienen, desafiando el tiempo. Recordarlos es recordar a aquel equipo de Unión que dejó tan gratos recuerdos en todos los aficionados.

De izquierda a derecha y de arriba abajo: Eulogio, Quiroga, Félix, Enrique, Ricardo y Toñín y, abajo, Valeriano, Tin, Amancio  -recientemente fallecido en Galicia-   Carlitos y Guirre.

Once futbolistas que hicieron más deportivas las tardes en Cacabelos y que, hoy, seguramente, si pudiesen volver a jugar juntos, valdrían un millón de euros. O más.

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