MARTÍN, “EL LARGO”
Por Antonio Esteban
Creo recordar que en Cacabelos hubo un blog -también le llaman cuaderno- similar a castroventosa, en el que aparecían, por orden alfabético muchos apelativos -casi todos- de los vecinos de la villa: el “puto”, el vivo” los “filipones”, las “pelusas”, el “gallo”, el” danza”, los “secanos” o los “meleros”. Todos, eso sí, eran apelativos cariñosos, aunque no lo parecieran. Más o menos igual que el de nuestro personaje de hoy, Martín, el “Largo” que, seguramente, era llamado así por su estatura. Yo no llegué a conocerlo. Solamente intuyo el apelativo de “largo” que debió ser por su estaturas ya que, además sirvió a la Patria en la guardia del Rey y en la Guardia del Rey únicamente admitían a soldados de gran estatura… Hay una anécdota que ratifica esto: El duque de Sesto -Pepe Alcañices- alcalde de Madrid, muy amigo del rey, solía salir con este por la noche y visitaban cafetuchos de mala muerte, disfrazados. En uno de ellos los vio Martín y se cuadró delante del Rey. Este le hizo una seña disimulada para que se retirase y no lo diese a conocer y Martín así lo hizo. Después, al licenciarse , entre risas, contaba la anécdota. Del duque de Sesto también hay alguna anécdota que no puedo resistir a contarla. Era un alcalde muy popular en Madrid y, de cuando en cuando, dictaba Bandos que, a veces no eran del agrado del pueblo madrileño. Uno de los bandos sancionaba a quien orinase contra alguna casa. Un poeta popular de aquel tiempo al saberlo, escribió y clavó un verso en una farola .”¡Cinco duros por mear…¡/ ¡¡ caramba que caro es esto…¡/ ¿Cuánto cobra por cagar/ el señor duque de Sesto?//. Hoy podemos poner rostro a Martín, el “Largo”, Es este.
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