miércoles, 20 de junio de 2018

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCCIX)




YO TAMBIÉN ESTUVE EN FRANCIA

Por Antonio Esteban González

Efectivamente. Yo también estuve en Francia. En Valberg, cerca de Niza. En los Alpes Marítimos y lo recordaba en un largo poema autobiográfico  -o casi-  que me premiaron hace un mes en La Palma del Condado. Ese poema decía: “Metí toda la vida en la maleta/. Supe lo que era un tren sin esperanza./ Maletas mal cerradas./ Factores impacientes, / atentos a un reloj sin minutero…”

Porque las pequeñas y entrañables estaciones de mi niñez, a veces lucían un reloj sin minutero que descontaba el tiempo que faltaba para la llegada del tren. Había, con frecuencia, una campana sin badajo y el letrero descolorido con el nombre de la estación.

El poma sigue así: “Era el tren del final de la inocencia/ que llevaba señales de miseria...”/. Y, más adelante, “Aprendí qué cosa era la ausencia/. Bocadillos de pan con pan tan solo / y supe lo que era un emigrante / hecho a bofetadas y sin Patria”/ Y conocía Arlette, trapecista / tan triste como tísica / y a su padre Jean Marc / y a su madre Germaine / y a la cabra “Camille”/ que defecaba, siempre, cagarrutas / cuando Germaine tocaba una marcha / siempre “ La Marsellesa”//.

También recordaba en el poema: “El catorce de Julio, Fiesta Grande, / vestíamos el traje de domingo/ comíamos cocido  -pot-au feu-  / regado con un vino tan extraño / que sabía a lágrimas amargas//.

El pueblo en donde yo vivía era Valberg, en los Alpes, entre pinos y alerces. Allí soñaba con el Sur / aquel Sur que me llamaba con cartas / acuciantes de mi madre, palomas / mensajeras heridas que contaban todo y nada/. Me decía: no bebas y no fumes/ y ahorra lo que puedas// pero yo fumaba Gauloises o Gitanes y no ahorraba porque había comprado una moto y novelas de Le livre de poche, Serie Negra, que aún conservo en mi biblioteca y sabía que en Niza o en Menton  me aguardaba un tren sin parada en estaciones y que dejaría atrás los Alpes encendidos en la tarde y los ojos tristes de una niña que había conocido en un cine que lavaba las sábanas / en el Hotel “Valberg”/  Las ponía a secar / como blancas palomas que volaban / del país de los sueños / al país de los sueños …//

Pero un día regresé y aquí estoy, contando mi vida en IMÁGENES Y RECUERDOS.

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