miércoles, 27 de diciembre de 2017

Imágenes y recuerdos de Cacabelos (CCXCVII)






EL PERRO SIN NOMBRE DE MARUJINA, LA DE DON CAMILO
 Por Antonio Esteban González

Yo, ahora mismo, no sé si Marujina, la hija de don Camilo, tenía perro o no tenía perro. Más bien creo que no lo tenía, pero tengo mis dudas y ahí las dejo.
Si sé que su padre -el padre de Marujina -tocaba el órgano en el Santuario de la Virgen de la Quinta Angustia, como los propios ángeles, cuando don Antonio se lo pedía y, si es que los ángeles saben tocar el órgano, que, también es cosa que no sé.
Don Camilo ejecutaba perfectamente -aún lo recuerdan muchos feligreses-  PARA ELISA, de Beethoven, aunque ninguno de sus hijos Camilín, Toñines, Gonzalito, Marujina o Aurorita continuó con aquella tradición, más que nada porque todos tenían otras aficiones, entre ellas, recordar cómo se fabricaban, por ejemplo, los IMPERIALES ALONSO, de La Bañeza de donde don Camilo era originario (formaba parte de la familia del director de orquesta Odón Alonso padre e hijo).
Si sé que en la fotografía  -y hablamos de otra cosa-  están Alfredín Couceiro, impecablemente vestido con gabardina,, chaqueta, chaleco y corbata a juego y Marisa Palacios, hija de uno de los socios de BODEGAS CARPAL,  y Nila Cela, que casaría en Alemania en donde falleció y Julita, su hermana, que luce un imposible vestido de dos colores, asimétrico y, abajo, mirando a lo lejos, su hermana Nice  -hermana de Nila y de Julita-  y, naturalmente, Marujina -que aún no había casado con Quelín-  que vestía un airoso abrigo de grandes solapas junto a un perro sin nombre.
No puede llamarnos la atención la casa de Pepito, "el de la luz", al fondo, ni los árboles, apenas entrevistos, a la izquierda ni, por supuesto, la mirada de Alfredo Couceiro, fija en Nila, mientras ella, pudorosa, baja los ojos.
Es esta una curiosa foto que, si no es para otra cosa, sirve para recordarnos cómo eran las modas allá por la década de los años cincuenta /sesenta del siglo pasado.
Una nueva foto de ayer que nos traslada a otro tiempo al que la mayor parte de nosotros no queremos regresar sino es con la imaginación.

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