No
es difícil descubrir en Cacabelos personas destacables. Son muchas las que,
en una o en otra faceta, están dejando
profundas señales de su buen hacer en sus actividades profesionales o en sus
aficiones. Y lo hacen silenciosamente, con modestia y sencillez; olvidándose de
la presunción y de la altanería a las que
últimamente nos han acostumbrado tanto personajillo de tres al cuarto.
José
Couceiro pertenece al grupo de los primeros y por doble motivo: por su
excelente carrera profesional y por su amor desmedido a Cacabelos.
Leyendo
el apellido es fácil encontrar los vínculos con su familia. Pepe, así es
conocido por todos, pertenece a la familia Couceiro que apenas necesita
presentación. Su padre, Paco, fallecido hace ya unos años, y sus tíos
regentaron los conocidos almacenes del mismo nombre situados en la Plaza del
Sagrado al lado de la Iglesia.
En
la actualidad Pepe es una autoridad a nivel nacional e internacional en el
cultivo del pistacho. Sus trabajos de investigación son reconocidos
mundialmente y están siendo puestos en práctica por centenares de agricultores
bajo la atenta mirada de nuestro paisano.
Paseó
su infancia y adolescencia por nuestras
calles y por los variados y frondosos rincones bercianos enriqueciéndose
paulatinamente de su singular sabor.
En
Cacabelos inició sus estudios de primaria y concluyó en su Instituto el
Bachillerato.
-
Cuéntame cómo fueron aquellos años de escuela, colegio e instituto.
- La entonces llamada primaria la hice en las Escuelas
Nacionales en las que mis recuerdos se asocian a la leche en polvo, a las
huchas de los negritos y a la enciclopedia Álvarez. Al finalizar primaria mi
familia me envió a hacer el bachillerato a Veguellina de Órbigo, en el Colegio
interno de los Padres Palotinos, en el que sólo estuve uno o dos meses creo
recordar(ya entonces la nostalgia por tu tierra te estaba marcando el camino).
Lo que si recuerdo es que todas las situaciones duras por las que pasé fueron
determinantes y me sirvieron de mucha ayuda para expandirme y afrontar otros retos
con una perspectiva más positiva. Fue entonces cuando volví al pueblo y me
incorporé, a mitad de curso, al flamante Instituto Bergidum Flavium
recientemente inaugurado donde terminé el bachillerato y COU. Durante esos años
mis amigos y yo colaboramos en iniciar la decoración “romana” situada enfrente
del instituto(le recuerdo que ya desapareció hace unos años y que se ha vuelto
a decorar con diferentes motivos) y en la plantación de los primeros árboles
del parque del río en un proyecto diseñado por Pedro Cotado. También comenzamos
a colocar los árboles que actualmente dan sombra en el Campo de San Bartolo.
- Desde muy temprana edad el deporte comenzó a formar parte
de tu vida.
-Sí, me movía en grupo de amigos interesados en el deporte
en general y en el baloncesto en particular. Un hecho de gran relevancia
deportiva tuvo lugar durante el bachillerato como fue la consecución del primer
campeonato provincial de baloncesto en el que tuvimos que enfrentarnos a
equipos con mayor tradición baloncentista como Ponferrada, Bembibre o La
Bañeza. Recuerdo especialmente a Jaime y Toño Alija, a José, a Mariano, a Mito,
a Risco...Pepe va recitando los nombres como si se tratara de anunciar la alineación
del equipo.
|
Jaime, Isidro, José, Mariano, Mito.
Abajo: Antonio, Pepe Couceiro, Risco y Toño.
|
-
Los años van pasando, terminas la educación primaria, pasas por el instituto y
llega el momento de decidir qué carrera elegir.
- Durante el año de COU mi intención era hacer la carrera
de Historias y dentro de ésta la especialidad de arqueología. El pragmatismo de
mis allegados me hizo cambiar de opinión y opté por una carrera, en aquellos
tiempos, con mayor futuro. Esa razón y mis raíces familiares hicieron que me
decantara por irme a León a estudiar Ingeniería Técnica Agrícola. No es el
único miembro de la familia que posteriormente siguió idéntico camino.
- En León finalizas los estudios de Ingeniero Técnico
Agrícola, pero el cuerpo te pedía más y te vas a Madrid.
- Como en mi ánimo estaba terminar la carrera de Ingeniero
Agrónomo me trasladé a Madrid finalizándola en el año 1983.
- Y por cierto, allí no le fue nada mal. Finalizó brillantemente la
carrera y encontró, como suele decirse, la media naranja que le faltaba.
Posteriormente preparó el doctorado y tu tesis “La adaptación
edofoclimática del pistachero(Pistacia vera L.) fue calificada “Cum
Laude”.
-Por donde vas siembras Bierzo en consonancia con
tu profesión. Aquellos años madrileños no fueron un excepción.
- En Madrid coincidimos varios de Cacabelos, algún que otro
berciano y gente que por una u otra causa también estaban relacionados con
nuestra comarca. Durante esos años universitarios organizábamos botilladas a
las que invitábamos a todos.
|
Cacabelenses y "adjuntos"en una de las botilladas madrileñas |
- Obtienes el
título de Ingeniero Agrícola, te enamoras de una compañera de estudios y
apareces por tierras de Castilla y la Mancha. ¿Por qué esa decisión?
-Durante la carrera conocí a mi actual compañera, Marina,
con la que establecí un acuerdo tácito mediante el cual uno de nosotros debía
trasladarse al lugar de residencia del primero que encontrara trabajo. Ella lo
encontró en primer lugar y yo me vine a Ciudad Real, lugar donde resido
actualmente.
En el año 1986 la
Junta de Comunidades de Castilla La Mancha iniciaba un programa de becas de
investigación a las que me presenté. La suerte la tenía de cara y me dieron la
que tenía por título “Búsqueda de Cultivos Alternativos para Castilla La
Mancha”.
- Y ahí debe de estar la clave de todo lo que va a suceder
posteriormente, ¿supongo?
- Ciertamente. Poco después nos pusimos manos a la obra. El
proyecto se inició en 1987 con el estudio de numerosos cultivos que, al menos
teóricamente, podrían llegar a consolidarse como cultivos extensivos en la
región. Los requisitos principales eran producir interesantes cosechas con poca
agua y que no les perjudicaran las heladas primaverales tardías. A lo largo de
un periodo de 6 años se descartaron muchos de ellos consolidándose el pistacho
entre los pocos que iban superando los obstáculos año tras año. Al cabo de 10
años nuestro equipo ya trabajaba exclusivamente con este cultivo, circunstancia
que se ha mantenido hasta el día de hoy.
- Estamos acostumbrados a ver como se pierde el tiempo y el
dinero público en multitud de estudios, proyectos y planes que se van disipando
y no obtienen resultados prácticos. Vuestro proyecto es hoy una realidad. Con
la perspectiva que da el tiempo, ¿qué resultados ha dado?
-El resultado más importante es la consolidación del
cultivo, además de en Castilla La Mancha donde la superficie supera las 5.000
hectáreas, en otras regiones como Andalucía o Extremadura. Ello ha supuesto que
vivan de este cultivo más de 400 familias y que el ritmo de crecimiento no baje
de las 300 hectáreas anuales. En nuestro centro de investigación se ha logrado
crear una colección de las mejores variedades del mundo recogidas de todas las
partes del globo donde se estudia su comportamiento agronómico. A lo largo de
estos años se han ido concretando diferentes técnicas de cultivo que lo hacen
más fácil para el agricultor como el manejo de riego deficitario controlado, el
injerto en campo, la poda, procesado del fruto después de la recolección, etc.
- ¿Hasta dónde ha llegado información sobre vuestros
estudios?
- Nuestros resultados se han divulgado en más de 30
revistas nacionales e internacionales y, debido a la demanda del sector en el
año 2000, toda esa información se condensó en un libro que se tituló “El
Cultivo del Pistachero” actualmente agotado.
El reconocimiento general a tu aportación a estos estudios
no tardó en llegar. Además de las felicitaciones por parte de las autoridades,
sobre todo académicas de Castilla y la Mancha, los pistachos ecológicos de
Castilla y la Mancha fueron bautizados con el nombre “Couceiro” en tu honor.
-Hace unos años una de las asociaciones de cultivadores de
pistachos propuso en su asamblea general identificar a los pistachos ecológicos
que se produjeran en Castilla La Mancha con la marca COUCEIRO, para la que
confeccionaron en su día un logotipo. Inicialmente les di mi visto bueno pero,
seguidamente, comencé a discrepar con algunas de sus acciones que creía podían
llegar a perjudicar el desarrollo del cultivo. Esas discrepancias provocaron su
enfado y la paralización completa de ese proyecto lo cual resultó un alivio
para mí ya que no me encontraba muy cómodo conociendo la posibilidad de que el
apellido fuera usado como parapeto de posturas inadecuadas.
Continúas dando “guerra”, ¿cuál es tu campo de batalla
actual?
-En la actualidad nos ocupamos de sacar a la luz un nuevo
libro mucho más extenso y profundo que el anterior y que, con toda seguridad,
será un referente a nivel mundial. El objeto de esta publicación es satisfacer
la enorme demanda de agricultores que desean conocer el cultivo y también para
celebrar los 25 años de investigación que llevamos con el pistachero. Su título
será “El Cultivo del Pistacho” y posiblemente sea publicado por la editorial
Mundi Prensa en el primer semestre del año 2013. Pretendemos que el libro
también se publique en toda Sudamérica donde el interés no cresa de crecer. Los
beneficios que genere su venta irán destinados íntegramente a la Fundación
Vicente Ferrer.
Tu puesto de trabajo oficialmente está en Ciudad Real, pero
continuamente te has visto obligado a llevar la información a lo largo de
diferentes países.
-
La información al agricultor se ofrece personalizada bien
telefónicamente, por correo electrónico o en campo, con visitas que recibimos
constantemente. También se organizan cursos generales, sobre el injerto, poda,
etc., jornadas de puertas abiertas, etc. Nuestro centro llamado Centro Agrario El Chaparrillo (CAC) reparte gratuitamente más de 150.000 yemas anuales a todos
los agricultores de España.
La información se recoge de numerosos proyectos de
investigación que se han ejecutado y que actualmente venimos desarrollando
desde hace 25 años. Algunos de ellos se han financiado a través del Instituto Nacional
de Investigación Agraria (INIA) como el que tenemos vigente ahora mismo y otros
por el Gobierno Autonómico. También recabamos y ofrecemos información en los
diferentes Congresos que sobre esta materia específica se organizan por todo el
mundo visitando países como EEUU (California), Irán, Túnez, Chile, Italia, etc.
-¿Dónde consideras que se encuentra la justificación para
haber logrado finalizar con éxito aquel lejano proyecto?
-La introducción reciente de un cultivo nuevo a nivel
mundial sólo se ha logrado, que nosotros sepamos, con este mismo cultivo y en
EEUU en los años 70. La razón es que se tienen que dar unas circunstancias como
las que se han dado en Castilla La Mancha como por ejemplo, disponer del equipo
que me ha acompañado y que he tenido el honor de dirigir, la forma integral de
su estudio, el reparto gratuito de yemas y la divulgación de la información al
agricultor por parte de los propios investigadores. Nuestro centro está
reconocido entre los mejores a nivel mundial en relación al estudio de este
cultivo y está valoración sin duda se
incrementará tras la publicación de la obra mencionada anteriormente.
Ni me lo había planteado nunca. Poco podía imaginar todo lo
que puede haber detrás del simple hecho de llevarte un pistacho a la boca. A
partir de ahora, cada vez que vuelva a comer estos frutos secos, pensaré en la
parte cacabelense que guardan en ellos.
Empezamos hablando de Cacabelos y terminamos de la misma
forma. Ya se sabe, el monotema.
-¿Qué recuerdos más entrañables guardas de aquellos años de
infancia y juventud?
-Como a todos, una infancia feliz es lo que marca a
cualquier persona en cualquier lugar y es el hecho por el cual ese sitio es
recordado para siempre. En aquellos tiempos Cacabelos tenía todos esos
ingredientes para que todo el que allí naciera pasara una infancia y una
adolescencia feliz. Personalmente destacaría momentos como los de las
excursiones que hacíamos a la montaña con pesadas mochilas junto a mis amigos
Isidro, Toño, Jaime y Manolo y que nos hicieron amar la naturaleza y transmitir
ese amor a nuestros hijos. El tiempo de ocio que disfrutábamos en “El Sagrado”
de la Iglesia de la Plaza con mi hermana Pili o mis primos José y Diego con los
que imaginaba que las carretillas con las que mis tíos y mi padre transportaban
los sacos de pienso eran auténticas motos de última generación. Instantes de
gran intensidad como los vividos en la plaza jugando a “tres navíos”, “el manro”, “la caseta”, “a
la una de la mula” o el famoso “al espolique inglés”.
Los veranos de nuestra villa eran maravillosos, no sólo por
el baño en el Cúa sino por el ambiente que se generaba con gente forastera a la
que tratábamos como si fueran Reyes Magos cuyo mejor regalo era su presencia.
Recuerdo momentos especiales cuando Norberto, el actual cartero de Quilós, nos
amenizaba las zambullidas en el puente con canciones de los Creedence que
sonaban incansablemente en su enorme radio cassette y también las agradables
tertulias nocturnas en la terraza del Edén o del Bohío junto a Luisa, Ángel,
Aurora, Michel, Tere, Lourdes, Alfredo, etc.
Cacabelos y el Bierzo , como decía al principio, tienen
seducido a Pepe. En todas las vacaciones asoma por el Puerto de Manzanal el
primer día acompañado de su familia y
agota el tiempo de ocio hasta el minuto final. Disfruta estas visitas desde la
mañana a la noche intensamente y carga la pilas para soportar la nostalgia el
resto del año ausente.
Pepe insiste en añadir para finalizar unos piropos y uno que es presa fácil, se deja querer:
-Deseo darte la enhorabuena por tu
blog, auténtica ventana por donde nos asomamos muchos a nuestro querido pueblo
y respiramos el aire más puro con el que llenamos nuestros pulmones y nuestra
alma. Esa bocanada nos sienta muy bien, sobre todo cuando repartes
acontecimientos significativos como las fiestas, los cambios a la primavera o
al otoño o cualquier otro evento reseñable. Y también es de agradecer el que
nos informes continuamente de todos aquellos cacabelenses que nos van dejando.
Muchas gracias por todo ello y un fuerte abrazo.
Como decían algunos exalumnos míos gitanos: “me da lache(vergüenza)”,
pero... ¡qué carayo! Te devuelvo el abrazo.