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El P. Rojas acompañado de jóvenes cacabelenses en el jardín del Hotel Miralrío |
LA DOBLE VIDA DEL PADRE ROJAS
Por Antonio Esteban González
No quisiera que mis lectores
-si es que alguno tengo-
pensasen, al leer el título que encabeza , esta semana, mi artículo que el Padre
Rojas y su colega de púlpito, el
padre Cerezo, tenían una doble vida -extraña-
cuando visitaban la villa y de la que tuvieran que arrepentirse
confesando el uno con el otro.
El Padre Rojas a
quienes muchas almas -y nunca mejor
empleada la palabra "alma"- recuerdan, era un sacerdote -o fraile-
que ,todos los años, o casi todos
, acudía a Cacabelos para
impartir una serie de conferencias que ayudaban a limpiar el alma de los
pecados cometidos a lo largo del año anterior.
Rojas era un fraile postconciliar, cuando esta palabra -postconciliar- aún
no estaba en uso, ya que -valga
la redundancia- estaba abierto a temas
que en aquellos momentos eran imposibles de comprender por quienes seguían
las estrictas normas del Vaticano, como
,por ejemplo, que un cura se bañase en
el río confraternizando con otros bañistas y regresase al Hotel con la sotana
desabotonada , luciendo camisa y pantalón.
Aquí en esta foto,
hecha en la pista de baile, bajo el emparrado del MIRALRÍO ,vemos a
Rojas alternando con varios jóvenes
de la villa que aprovechaban los atardeceres para degustar un vino o
charlar de sus problemas con el predicador. Esa era la "doble" vida
del padre Rojas, en este caso alternando con Manolín, el hijo de don Justo, con
Rubén, el "Marujillo", con Eloy
el hijo de don Wenceslao, que impartía clases en la Academia "Gil y Carrasco", con Vitín que,
por aquel entonces, era una de las figuras de la UNIÓN y con Tino que casaría
con Cheres.
Una foto, cuando menos, curiosa que nos traslada a un ayer
prácticamente olvidado.