Al igual que lo había hecho estos días, la niebla no nos
abandonó y la San Silvestre (San Raúl si nos atenemos estrictamente al
santoral) transcurrió en todo su itinerario bajo su manto casi gélido.
Pero si el frío externo mandaba, el corazón de los
participantes derrochaba humor y solidaridad. Prácticamente todos los que
tomaron la salida habían equipado su vestuario con motivos navideños u otras
prendas estrafalarias; además de haber depositado previamente un juguete para
los niños necesitados a modo de cuota de participación.
Después de recorrer algo más de cinco kilómetros, unos como
andarines y otros como corredores, los participantes recibieron en la meta de
la Plaza Mayor avituallamiento a base de empanada y otros productos de la
tierra.
Una mano inocente extrajo los números para premiar a los
corredores o andarines agraciados con los premios donados por diversas casas
comerciales.
(Habrá ampliación de imágenes)
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Elena con Raúl y Juan muestran "su pena" antes de iniciar la carrera |
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Roberto, Manoli, Arancha y Zaira , una familia solidaria y deportiva |
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Mary y Amaya preparadas para tomar la salida |
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Yesenia, María y Claudia ensayando un paso de balet |
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Pedro, el patriarca, con familia y amigos |
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Josefina y Nieves acelerando ya en los primeros metros |
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Mª Enma de incógnito con Laura |
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