La evocadora calle Santa María en los primeros años de los
50, todavía empedrada y con su atrayente aspecto medieval. Foto del archivo de
Manolo Rodríguez. |
19. El Camino de Santiago (La Calle Santa María) (5)
Por Pepe Couceiro
Gracias a su mayor persistencia temporal, la calle Santa María ha sido, es y será, la más concurrida y transitada del pueblo; probablemente ha sido esta una de las razones por la que nuestros ascendientes pusieron la máxima atención en construir sus casas con las más hermosas y distintivas fachadas junto a sus inseparables huertas y corrales traseros, en aquellos turbulentos tiempos asociados a su propia supervivencia (ver fotografía de arriba).
En el callejón que da a la Plaza de Abastos (ver fotografía), actual Calexa Sixtina, vivió una larga vida una singular y popular mujer por nombre, Dª. Concha, La Bichibola.
La calle Calexa Sixtina en 2010, enfrente de la Plaza de Abastos, donde vivió Dª. Concha. Al fondo el mural original de Pedro García Cotado.
D. Concha (ver fotografías), nos recuerda Luis Cela, era hermana de D. Ervigio, otro de los personajes emblemáticos del pueblo en los 60; también era tía abuela del amigo Manolo El Bisi por parte de padre, y tía de nuestra querida amiga Conchi Vázquez, la del Molino de La Angustia.
Sugerente y atractiva foto de 1890 en la que aparece una jovencita D. Concha Costero (izqda). Foto del archivo de Conchi Vázquez.
Dª. Concha pintada al óleo por Pedro G. Cotado en la década de los 70, cuando retrataba magistralmente con sus pinceles tanto a amigos como a personajes singulares del pueblo en un único lienzo. Foto del archivo de Manolo Rodríguez.
Como hemos mencionado en el pie de una de las fotografías anteriores, en el edificio pegado al callejón de la pintura mural vivían Los Casianos, una familia formada por tres hermanos (ver fotografía) y una hermana por nombre Sinda, asistenta en casa de mis tíos muchos años y a la que mi hermana y yo, de niños, le teníamos un gran cariño.
Manolo El Gallo, uno de Los Casianos a principios de los 50. Foto del archivo de Manolo Rodríguez.
La Plaza de Abastos, probablemente en 1963, en la que Manolo reconoce a Dª. Concha sentada al lado de un desconocido. También cree reconocer a Elenita, vestida de blanco con cinturón oscuro, una de las dos hijas de D. Ángel El Juez. Foto del archivo de Manolo Rodríguez.
Otra vista de la austera pero hermosa Plaza de Abastos en 2007 con la casa de D. Vicente Rodríguez, a la izquierda, actualmente en plena restauración.
Un apasionado archivador de la memoria de nuestro pueblo, Roberto Carballo, nos recuerda que Cacabelos fue sin duda el más pescadero de los alrededores, no en vano la ruta que hacían los camiones bien cargados pasaba por la Nacional VI (Madrid-La Coruña) en un interminable desfile que tenía su máximo apogeo a las 6 de la tarde, pues todos llevaban la intención de llegar a Madrid de madrugada.
El pescado habitualmente lo traía una empresa de paquetería por nombre La Ruta que hacía el trayecto La Coruña – Bembibre, pero también un buen número de camioneros hacían descanso en el restaurante Casa Gato, circunstancia que era aprovechada por los pescaderos para conseguir el mejor producto al mejor precio. Este ambiente sin duda propició la aparición de un buen número de puestos dedicados a esa actividad en la Plaza de Abastos, entre los que Roberto destaca, además de los de su familia, el de Pepe El Corino y su mujer Dª. Lucita, los padres de D. Fernando (Nando); otro que se apellidaba Varela y que tenía una tienda de ultramarinos y también el que regían los padres de José Ramón: D. Leandro y Dª. Vicenta.
Concretamente, la familia de Los Pardales tenía 4 puestos de pescado, el de Dª. Josefa, hija mayor de su abuela materna, por nombre Dª. Flora; otro que pertenecía al hermano de Dª. Josefa, D. Alberto y su mujer Dª. Felipa La Soriana (ver fotografía); el tercero lo administraba D. Bernardo y Dª Pilar, los padres de Lola, Fernando, Tusa y Dori, y el cuarto lo regentaba D. Eleuterio (Terio) y Dª. Dora, La Calcona, padres de Paquita, Carín, Varo y Nenu (ver fotografía).
Uno de los puestos de pescado del mercado con D. Alberto tras el mostrador en una fotografía alrededor de 1960. De izquierda a derecha: su mujer Dª. Felipa La Soriana con las tradicionales galochas, Dª. Celia, la madre de Roberto y, a su lado, una prima de Los Pardales. La chica con la botella de la derecha no hemos podido reconocerla. Foto del archivo de Roberto Carballo.
El puesto de pescado de D. Eleuterio (Terio) atendiendo a una clienta alrededor de los años 60. Con mandil y de espaldas su mujer Dª Dora La Calcona; la señora de perfil es Dª. Aurita (la de Dª. Eudosia, hermana de D. Miguel y D. Manuel). La niña de la izquierda es Maria Luisa Garnelo (hija de Félix y Adelina, la hermana de Luchi). No hemos podido reconocer a la señora de espaldas. Foto del archivo de Roberto Carballo.
Según me recuerda Luis Cela, uno de los puestos más importantes era el de Dª. Cuca, la madre del amigo José Alfonso Luna Vázquez (Fonfo), el insigne bodeguero repetidamente premiado en los últimos años.
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En un edificio situado enfrente de la plaza, uno de los vecinos más populares del pueblo comenzó su andadura con su primer negocio, una zapatería que él mismo montó en el bajo de la casa de su padre y que, con el paso de los años, la encauzaría a tienda deportiva y, posteriormente, hacia un variopinto y original zoco en el que sus visitantes podían servirse gratis un chato de vino gentileza de su propietario, ya de aquella con una visión mercantilista diferente e innovadora. Como habéis adivinado, nos referimos a D. José Luis Prada Méndez (ver fotografías), del que ya hemos hablado, aunque brevemente, en el primer capítulo dedicado a la calle de Cimadevilla.
La tienda de Prada en los bajos de la casa que fuera de su padre D. Ángel que, en la década de los 70, la transformó en el bazar hippie que muestra la imagen. Archivo de Ubaldo E. Fdez. Barcia.
Cuatro jovencitos cacabelenses en La Plaza de Abastos en 1964. De izquierda a derecha Armando Barrio Fuertes, un dermatólogo residente en Gijón, hijo de D. Venancio, el maestro que sustituyó a D. Heliodoro; Domingo Rodríguez Armesto, El Ancarés, fallecido un 29 de septiembre de 1967 tras ser atropellado mientras sufría uno de sus frecuentes ataques epilépticos en lo que es la Plaza del Vendimiador actual; José Luis Prada y Alfredo, hijo de Gancha. Al fondo se aprecia la calle que conduce a El Refugio, todavía sin la pintura mural. Fotografía del archivo de Manolo Rodríguez.
Prada a finales de los años 60, con un resplandeciente traje de romano con el que comenzó una imparable carrera hacia una de las más asombrosas popularidades más allá de las fronteras bercianas. Nuestro inquieto e imaginativo vecino ya mostraba su singular inventiva en cada uno de los disfraces que él mismo elaboraba y con los que sorprendía a propios y extraños en cada desfile anual de los carnavales. Foto de Quico El Curioso del archivo de Manolo Rodríguez.
Evolución del edificio anterior en una imagen de 2007 y actual residencia de Prada.
Durante años José Luis Prada cedió a D. Avelino un local de su casa, habitualmente utilizado de carbonera, donde estableció su negocio de reparación de calzado (ver fotografía), el cual ya había pasado por varios locales de la misma calle anteriormente. La competencia D. Avelino era otro zapatero, D. Venancio, quien tenía sus dependencias en una de las partes que componen el actual restaurante El Apostol.
La zapatería de D. Avelino, probablemente en los años 70. De izquierda a derecha: El Risco, Joré, David Sotuela y Avelino. Fotografía de archivo desconocido.
La Plaza de Abastos fue un placentero lugar de paso muy concurrido, aunque tuviéramos que hacer más larga nuestra habitual ruta. Ese debió ser el pensamiento de los cuatro jóvenes cacabelenses, elegantemente vestidos que, como muestra la siguiente imagen, decidieron transitarla en el preciso momento en el que algún conocido fotógrafo los inmortalizó para siempre.
Cuatro apuestos jóvenes cacabelenses a finales de la década de los 60 en la Plaza de Abastos, enfrente del Mercado, preparados para dejarse seducir por las mozas del pueblo. De izquierda a derecha: Vallano o Chimano, el que fuera gran defensa de la Unión Deportiva Cacabelense e hijo de los entrañables D. Valeriano y Dª. Manuela; Fernando, el portero que también marcó una época en la Unión, hijo del maestro D. Francisco (Pabuxas) y de Dª. Floriana; mi primo Ramón Asenjo, hijo de Dª. Lucrecia (Cusa) y de D. Alfredo y, en el extremo, Toño Ruano, uno de los hijos de Conchita, la hija de Dª. Teresa La Ruana. Foto de archivo desconocido.
Continuará...