A primera hora de la mañana casi dos cientos alumnos acompañados por varios profesores iniciaron una caminata por la rivera del Cúa que les conduciría hasta Quilós. Desde allí, por caminos embarrados y con buen ánimo, subieron a Canedo disfrutando aún de los últimos colores del otoño.
El regreso a Cacabelos tenía como meta el Campo de San Bartolo donde les esperaba un aperitivo con bollo preñado, castañas y bebida, buena forma de reponer fuerzas.
Una buena organización del Instituto con la colaboración del Ayuntamiento.
Miguel volteando el tambor |
Viejas glorias y otras no tan viejas del Instituto: Andrés, Federico, don Francisco y dos Manolos |