Colette visitando la actual exposición temporal del MARCA |
Lo del corazón partío
nada tiene que ver con amores veraniegos de juventud y demás pasiones de esa
edad. No, una mitad del corazón de Colette se queda en Cacabelos fruto del
profundo enamoramiento de nuestro pueblo surgido durante poco más de un mes. Cuando
apenas le quedan veinticuatro horas para iniciar el regreso a su país, ese
órgano vital del cuerpo le pide quedarse, su intelecto reconoce las tareas que
le esperan y obligan a partir.
¿Y quién es Colette? Colette Nadvornik Vincent es una
universitaria francesa estudiante de Farmacia en Grenoble, capital de los Alpes
franceses. Apenas sin lazos afectivos o
familiares que la uniesen, hasta ahora, con Cacabelos (Claire, una tía suya,
también francesa, está casada con el francés de origen español Jean Pierre
Droesbeke de madre cacabelense).
Gracias a tirar de ese hilo familiar llegó el pasado mes de
julio invitada a pasar unos días por estas tierras con los ojos abiertos como
platos para empaparse de todo lo que se interpusiese ante su mirada. Y así ha
sido, día tras día no ha cesado de interesarse por aprender y conocer:
costumbres, historias, comidas, pueblos…
Se expresa y entiende bastante bien el español:
-Estudié español en el
bachillerato. Tenía que elegir entre español y alemán, (lo dice
irónicamente) la elección era clara… el alemán
es muy difícil.
En este mes largo ha notado un claro progreso en el dominio
del idioma que enriquece preguntando las dudas y consultando su móvil en el que
tiene instalado un traductor.
Colette nació hace 22 años muy cerca de París. A los nueve años
su familia se trasladó a vivir al emirato de Dubái, en cuya capital permaneció
hasta su ingreso en la Universidad de Grenoble, donde debe iniciar el siguiente
curso a finales de este mes de agosto.
-¿Pero sabes qué pasa?
-dice sorprendida- hay palabras de me dicen en Cacabelos y no
aparecen en el diccionario.
Y es preciso aclararle que algunas de las que oye no son
castellanas, son gallegas o galaico-bercianas que solo se usan en esta zona del
Bierzo.
Preparando empanadas |
Sé que ha querido ir probando todas las comidas que se
elaboran por aquí, me intereso por las que ya conoce y su opinión:
-Me gustan todas. He
comido paella, botillo ¡muy rico y fuerte!, chorizo, bacalao, la empanada de
pulpo bravo ¡muy buena!
Yo era casi vegetariana,
pero aquí como de todo.
.
-¡Ah! También he comido
pollo casero,
puntualiza enfatizando lo de casero.
Mientras narra los descubrimientos que ha ido haciendo en Cacabelos
y la vida de los cacabelenses, la expresión de su cara y el tono de voz indican
la sorpresa y el entusiasmo que siente por cada uno de ellos. Cuenta los
lugares que ha visitado:
-Estuve en los Ancares,
Villafranca, Molinaseca, las Médulas (un poco decepcionada por la destrucción
del paisaje). Fui a la fiesta de San Justo en Villabuena. Voy a ver esta noche
las lágrimas de San Lorenzo…
Colette ya es una especialista haciendo el repulgue de las empanadas |
Durante este tiempo ha sido casi adoptada por Miguel y
familia de la Panadería la Golondrina. Ha sido espectadora de los actos de las
Noches del Camino, ha estado en las presentaciones de libros organizadas por el
MARCA y en cuantos acontecimientos han tenido lugar durante el tiempo de su
estancia entre nosotros.
-Sabía antes de venir
que tenían panadería y he querido aprender. Me levanto a las cinco de la mañana
para trabajar. Miguel se enfada conmigo porque me dice que no necesito madrugar
tanto, que puedo ir más tarde. Pero yo quiero conocer todo el proceso de lo que
hace y paso la mañana en la panadería.
Le pregunto por lo que más le ha llamado la atención al
llegar a Cacabelos:
-Había mucha gente en
la calle, en las terrazas de los bares por las noches. Y aquí vi la primera
cigüeña en la realidad. Hay muchas cigüeñas aquí, resalta acompañando la
frase con un gesto de la mano.
¿Te apetecería quedar a vivir en Cacabelos?
-Sííí –lo dice muy convencida-Me gustaría trabajar aquí en la panadería,
en una carpintería y en la agricultura (también hizo sus pinitos arando con
un tractor).
Pero tienes que marchar, le recuerdo, y pronto. ¿Te apetece
volver?
-Nooo, responde
tajante, pero dejando notar su ironía.
El domingo emprende viaje a Madrid para
encontrarse con unos antiguos compañeros madrileños que conoció de Erasmus en
Kuopio, la ciudad finlandesa rodeada por el lago Kallavesi.
-Estaré solo dos días
en Madrid con ellos. Había quedado en ir antes, pero como no quiero marchar de
Cacabelos, ya no me quedan días.
Pronto llegará el momento de la despedida, dice que no
llorará…veremos:
-Tengo que volver para conocer
la vendimia de Cacabelos, exclama como quien pide un flotador cuando se está ahogando.
En el salón de actos del Museo Arqueológico el pasado 8 de agosto |
Con David Díaz firmándole un ejemplar de "La células madre" |
Con parte de la familia Droesbeke y sus "padres y hermano" adoptivos Miguel, Berta y Fran |