¿FUERON
FELICES AQUELLOS AÑOS CINCUENTA? (2)
Por Antonio Esteban
Las mozas de la fotografía parecen decir que sí, que
fueron felices a pesar de la penuria en la que estaba sumido el país.
Ellas se hacían la permanente y usaban brillantina para el pelo. (La brillantina era un producto inventado
por un perfumista francés destinado a suavizar el cabello y, si no podían
adquirirlo en las droguerías, la fabricaban en casa dorando unos granos de
trigo en aceite).
Había cartillas de racionamiento, aunque a
veces faltaba el aceite -8 pesetas litro o sea 0,2 céntimos de euro- y cuando faltaba había que comprarlo de
estraperlo.
Los mozos tenían su
ración de tabaco de picadura que les era facilitado presentando su cartilla de fumador y encendían el
cigarrillo con los chisqueros que
funcionaban gracias a unas piedras pequeñitas que venían de Portugal -de contrabando- como el café.
Y sonreía Élida, ataviada
con una elegante americana con pañuelo en el bolsillo superior y Basi, la hija
de José María, el de LA RUTA y,
abajo, Camila, la molinera, Sara, la de don Félix, el químico que casó dos
veces y con dos hermanas y Aurita, la de Prudencio.
No eran tiempos para
sonreír, pero a pesar de todo, lo hacán. Iban a las fiestas contentas y
elegantes y aguardaban -¿qué otra cosa
podían hacer?- tiempos mejores, que aún
tardarían en llegar .
Cuando llegaron la
sonrisa se hizo más amplia.