Carlos delante de la fachada de la Universidad Federal de Paraná |
Nombrar Brasil, y más por estas fechas, inevitablemente llevará
a muchos a pensar en su famosísimo
carnaval o, para los más futboleros, en
el próximo Campeonato Mundial. Pero si hoy nos acercamos a ese inmenso país
sudamericano, es para conversar con Carlos Martínez Sarmiento, un joven
cacabelense que completa sus estudios en el altiplano paranaense.
Es el benjamín de Carlos (hijo de Tano) y de Gelines (hija
de Ángel Sarmiento). Después de finalizar los estudios en el Instituto de
Cacabelos y en Camponaraya se fue la vecina Galicia para continuar su formación
en la Universidad de La Coruña.
-Cuando finalizaste los estudios en el Instituto, recuerdo,
te fuiste a Camponaraya. ¿Dudaste a la hora de elegir carrera?
- Estudié TADAF (Técnico de Animación de Actividades Físicas y
Deportivas) en el Colegio La Inmaculada de Camponaraya. Tras terminar el ciclo
de grado superior decidí continuar mi formación con la carrera universitaria.
Creo que desde siempre quise estudiar Educación Física. Me encanta el deporte,
siempre he jugado al fútbol y, sinceramente, creo que no podría estudiar otra
carrera.
Pienso que cada uno
debería estudiar lo que le gusta, no donde haya más opciones en el mercado
laboral o gane más dinero.
Muchos conocemos su afición a jugar al fútbol y también su
predilección por el color blanco (de casta le viene al galgo).
-Te iniciaste en el fútbol-sala y pronto fichaste por el
ENDESA de Ponferrada…
-No jugué al fútbol en
Cacabelos. Solo a fútbol-sala hasta los 7 años. Fui al Endesa, que era donde estaba
Luso, pero él entrenaba a los cadetes o juveniles, ya no me acuerdo bien.
Después el Endesa se convirtió en el equipo base de la Ponferradina y ya siempre
jugué allí: desde los 7 hasta los 20 años.
Pasé por todas las categorías hasta llegar el último año a la Ponferradina
B.
-Para un berciano no suele ser problema la adaptación a
vivir en Galicia. ¿Cómo fueron los primeros tiempos en la ciudad donde nadie es extranjero?
-La verdad que no fue
nada difícil amoldarme a la vida en Coruña. Ya conocía a gente de allí y a mi compañero de piso hacía dos
años que lo conocía. No, no tuve ningún problema. Lo que sí tuve que aprender,
fue a valerme un poco por mí mismo: lavar la ropa, hacer la comida (aunque el
tema tupper estaba a la orden del día), limpiar la casa… aunque para cualquier
cosa tenemos el teléfono para llamar a casa(a mamá) y preguntar cualquier cosa.
Carlos, tercero por la derecha de la 1ª fila, con sus colegas de 2º ESO en Cacabelos |
-¿Por qué ahora Brasil, Carlos?
-Lo de venir a Brasil
surgió hace unos años, aunque en principio mi idea era ir a Italia. Pero cuando
llegué a la universidad de La Coruña y vi las opciones que podía escoger, lo
tuve claro, Brasil. Siempre me llamó mucho la atención la forma de vida de los
brasileños. Todo me parecía más festivo y con menos preocupaciones que las que
tenemos en España.
-Sin embargo vives en Curitiba, capital del estado de Paraná.
Una ciudad que por su altitud (casi mil metros) no es precisamente muy
representativa de la imagen que por aquí tenemos de las poblaciones brasileñas.
-Cutiriba me tocó por
la nota que tenía a la hora de pedir la beca de intercambio. Tengo que decirte
que era mi última opción, pero ahora, que ya la conozco, me alegro mucho de que
me haya tocado este lugar.
-¿Cómo fueron los primeros tiempos tan lejos de casa?
-Los primeros días
aquí no fueron nada fáciles. Buscar un lugar donde vivir en este país es una
verdadera aventura y lo primero que tienes que tener claro es que no estás en
España y tienes que amoldarte a lo que hay. Me acuerdo que salía a la calle
bastante “acongojado” porque en España somos muy de decir que los demás
países son peligrosos, sobre todo en Sudamérica,
y en realidad no es así, sólo hay que tener cuidado donde te metes. Mis
primeras impresiones del lugar fueron que esto no se parecía nada al Brasil que
me habían contado, hacia algo de frio, calles bastante limpias, todo bastante
organizado… luego viajando por el país descubrí que no es igual en todas partes.
-Comienzas las clases: nuevos compañeros, nuevo idioma…
-Mis primeros días en
la universidad fueron bastante surrealistas.
Llegué cuando el curso había comenzado hacía 5 semanas y fue un poco
caótico porque no me enteraba de nada… Hice exámenes que no sabía que los tenía. Mis
compañeros de clase al principio me miraban como si fuera de otro planeta. Me
hacía gracia, cuando tenía que hacer cualquier cosa en clase, todos me miraban expectantes a ver como lo
realizaba. También sobre la gente he de decir que todo el mundo me hablaba,
pero sólo para preguntar de donde era… luego es bastante difícil entrar en un
grupo de amigos. Algunos sí que me decían de salir, pero en general la gente de
Curitiba es de hablar poco con la gente de fuera, aunque te encuentras de todo.
Tocando pelota en el Estadio Maracaná |
-Poco a poco has ido superando esos problemas iniciales y ya
estás habituado a tu nueva vida. ¿Cómo vives
un día normal?
-Sí, ahora ya estoy
muy amoldado a la vida de Curitiba. Un día normal para mí es muy largo. Me
levanto a las 6:15 de la mañana y a las 7:15 cojo un bus para ir a la facultad.
A las 8 clases hasta las 11:40, aunque no tengo todos los días ni a todas las horas. Después voy a casa a dejar
la mochila o a ducharme si he tenido práctica. Siempre como fuera de casa
porque por el precio que puedes comer de restaurante no merece la pena cocinar.
Luego duermo la siesta, salgo a correr un rato y a las 18 vuelvo a la facultad
hasta las 22.30. Regreso a casa, hago la cena y me acuesto rendido. Los fines
de semana son bastante diferentes, puedes dormir más, salgo algo de fiesta,
pero no mucho (risas), juego de vez en cuando algún partido de futbol y también
de vez en cuando hago algún viaje a otra ciudad
-¿Qué echas en falta?
-Lo que más echo en
falta es a la familia y los amigos. También alguna comida como el jamón y tengo
muchas ganas de comer un botillo, callos o empanada, aunque la comida aquí está
muy rica.
-¿Merece la pena la experiencia?
-Para mí la experiencia
está siendo realmente buena. Todos los días vives algo nuevo, descubres lugares
que nunca habías visto y que te hacen pensar bastante, creo que está siendo una
aventura con más valor en lo personal que en lo académico o profesional.
-Tenemos mitificada la vida de Brasil: buen clima, playas,
juerga, chicas despampanantes…Algunos amigos tuyos de Cacabelos (con ojos
golositos) quieren saber cuánto hay de
verdad en estos tópicos.
-Es pura fantasía para
dar envidia. Es como cuando dicen que en España solo hay sol, toros, flamenco y
paella. Es verdad que la vida aquí es diferente, se lo toman todo con más
calma, nunca tienen prisa por nada. En cuanto a la juerga aquí dura menos que
en España, a las 5 de la mañana ya está cerrando todo, eso sí, empieza todo
mucho más pronto. Las playas yo me las imaginaba con el agua clarita y de color
turquesa y es todo lo contrario, son playas bastante sucias y con el agua algo
marrón, no todas pero si bastantes, y el agua para ser atlántico está bastante
caliente. En cuanto a las mujeres no me parecen que sean más guapas que las
españolas. Hay de todo, pero lo que sí que me parecen es que son más vistosas o
espectaculares porque van muy arregladas, muy maquilladas y la ropa bastante
ajustada.
Aquí sí hay playa: Copacabana |
-¿Te has sentido bien acogido por tus compañeros y la gente
en general o has tenido problemas por ser español?
-No, nunca he tenido
ningún problema por ser español, he tenido una buena acogida por los
compañeros. A muchos de ellos les gustaría ir a España, aunque alguno ya ha
estado. Muchos me preguntan por las posibilidades de trabajo y si es caro vivir
allí, algunos no saben en qué situación se encuentra el país y se lo tengo que
explicar.
-¿Qué diferencias encuentras entre el sistema educativo
español y el brasileño?
-Los dos sistemas son
bastante diferentes. En cuanto a nivel nosotros tenemos mucho más, yo he dado
contenidos en alguna asignatura que puede ser de nivel 4º de la ESO. Después el
sistema de educación de Brasil tiene algo contradictorio y es que la educación
pública de primaria y secundaria es muy normalita y cuyos conocimientos no te
permiten pasar la prueba de acceso a la universidad pública. La gente que no
pueda pagarse una buena educación primaria o secundaria, tiene que pagarse la
carrera en una institución privada. Los que sí tienen dinero para pagarse una
buena educación primaria y secundaria acceden a la universidad pública totalmente
gratuita. Después en la universidad te puedes encontrar de todo: profesores muy
buenos, muchos de ellos se van a Europa a terminar de formarse y profesores bastante
normalitos.
-¿Qué te gustaría tener ahí de Cacabelos para no sentir ya
ninguna morriña?
-Me gustaría tener ahora
en verano la piscina. Ésta es una ciudad de interior y en verano o te vas a la
playa o no tienes ningún sitio donde refrescarte porque las piscinas públicas
como allí no existen. También podían traerme la plaza y las terrazas de los
bares para poder tomarme algo a cualquier hora, eso sí que lo echo de menos
-En tu pueblo, además de tus padres, te echan de menos los
amigos y sobre todo, según me lo advirtió, tu prima Silvia. ¿A quién echas tú
de menos? (A ver si insistiendo suelta prenda)
-Carlos, no me pongas
en estos aprietos de elegir una persona solo (risas); está claro que a la familia, mis padres, abuelos, mi hermano,
mis amigos… pero sí, Silvia es una de las personas más importantes para mí y
muchas de las cosas que he hecho y hago en la vida es en parte gracias a ella y,
aunque prácticamente todos los días nos mandamos algún mensaje, la echo mucho
de menos.
-¿Te habrás planteado qué vas a hacer al concluir tu
estancia en Brasil?
- Mis planes de futuro
a corto plazo son terminar la carrera el próximo año y luego empezar a trabajar
a ser posible en España, pero si no es posible, no me lo pensaría el irme.
También me gustaría seguir formándome, hacer algún máster, sacarme los títulos
de entrenador de futbol… pero esto ya teniendo trabajo.
Con su amiga Nuria preparándose a practicar skate sande |
-Ya estamos terminando, pero antes me gustaría que aclares
tus problemas con el agua caliente.
-Pues te voy a contar
una anécdota que seguramente va a hacer gracia, aunque a mí no me hizo mucha en
su momento. Aquí las duchas son eléctricas y funcionan con una resistencia que
calienta el agua. Llegué al piso donde
vivo y me dispuse a ducharme, abrí el grifo y no salía agua caliente. Pensé: bueno,
se habrá estropeado. Al día siguiente estaba igual de fría y así dos o tres
días más. Pensaba: o me cambio de piso o
me vuelvo a España porque yo no voy a ducharme un año en agua fría. Después de
pasarlo mal 4 días no me quedo más
remedio que preguntar y pasar un poco de vergüenza. Me advirtieron que no se
podía abrir mucho el grifo porque con mucha presión la resistencia no da
calentada el agua.
Nada más, tocayo. Te deseo buena suerte y un feliz regreso a
España. ¿Algo más por tu parte?
-¡Ah! Desde aquí, si
el dueño del blog me lo permite, me gustaría contaros que estoy participando en
un concurso para realizar una próxima aventura con mi amigo Pablo y necesito
votos. Os dejo el link, leéis de que va la aventura y si no os importa le dais
al “me gusta” que eso significaría un voto para nosotros. Gracias
También quería darle las gracias a Carlos por hacerme esta
entrevista y mostrarle al pueblo como vive un cacabelense en Brasil.