Antonio en la Plaza de Cacabelos donde dio los primeros pasos |
Casi cincuenta años lleva Antonio residiendo en Uruguay.
Tantos años ya que la mayor parte de la película de su vida se ha rodado por
las calles de Montevideo, capital de esa república sudamericana donde reside.
Como a tantos otros, los diez mil kilómetros de distancia y el tiempo no han
conseguido olvidar sus orígenes. Su familia y su pueblo viven permanentemente en su corazón.
Antonio Fernández Gallardo nació en Cacabelos en el turbulento año de 1938. Y lo hizo en una casa en el mismo centro del pueblo que le permitió dar los primeros pasos por el recién estrenado jardín y por los típicos soportales de la Plaza Mayor.
Antonio Fernández Gallardo nació en Cacabelos en el turbulento año de 1938. Y lo hizo en una casa en el mismo centro del pueblo que le permitió dar los primeros pasos por el recién estrenado jardín y por los típicos soportales de la Plaza Mayor.
Los recuerdos de aquellos años de infancia y primera adolescencia están
marcados por la escuela:
-Con poco más de dos
años fui a la escuela de doña Vicenta, después con don Augusto a la Escuela Nacional(Escuelas
Nacionales o de la Villa
era el nombre de los colegios públicos de entonces)y más tarde a la famosa Academia Gil y Carrasco.
La última vez que vio a su padre. En Carranza con Mery, su madre, su tía Nice y su padre |
Su padre conoció en Toral de los Vados a un sacerdote que se encontraba por estas tierras bercianas
buscando niños con vocación religiosa para llevarlos a su colegio. Don Carlos
era un apasionado de la nación germana y la circunstancia de que el cura fuese de aquel país inclinó la
balanza para que el jovencito se fuese con él al seminario de Comillas en Santander.
-Dos años estuve allí.
Después me mandaron a la localidad
vizcaína de Carranza donde los Padres Palotinos, eran todos alemanes, tenían un colegio vocacional. Después me
llevaron a hacer el Noviciado y Filosofía en la Universidad de los
Palotinos en Bamberg, ciudad alemana de
Baviera.
Aún no había terminado la “gira”. Durante los cuatro años de
Teología y uno más de Estudios Pastorales
residió a orillas del Rin en la ciudad de Coblenza. Finalmente, el 15 de julio
de 1962, se ordena sacerdote en la también alemana ciudad de Augsburgo.
El 25 de julio de ese mismo año canta misa en Las Angustias,
donde había sido en su infancia monaguillo de don Antonio, aquel singular cura
nacido en Cebrones del Río. Regresa temporalmente a Alemania desde donde es
enviado a Uruguay en 1964 para ejercer su labor apostólica y educadora en Colegio-Liceo Pallotti de Montevideo.
Antonio con sus alumnos del Colegio Pallotti de Montevideo. 1965 |
-Poco después de mi
llegada también ejercí de capellán en un psiquiátrico y en un hospital de
leprosos y tuberculosos. Los jueves visitaba un hospital oncológico y los
sábados acudía a un barrio de chavolas. Al mismo tiempo colaboraba con los Traperos de Emaús.
Así se sucedían los días de este misionero cacabelense,
ayudando a unos sumidos en la miseria y a otros en el sufrimiento de la
enfermedad. El fallecimiento del párroco de Ntra. Sra. de Lourdes, iglesia muy
frecuentada por feligreses de alta categoría social y económica de la ciudad, la mayoría
pertenecientes a las colonias polacas y alemanas, iba a marcar el futuro.
Antonio ocupará su lugar.
-Al llegar a esa
parroquia sufrí un choque enorme. Estaba situada en el centro comercial y
financiero de Montevideo. Como parroquia, lo que se debe entender como
parroquia, cero. Los feligreses acudían a ella desde otros puntos de la ciudad para celebrar las
bodas, atraídos solamente por la distinción que representaba hacerlo allí.
Todos los días celebraba cinco o seis. Los sábados ocho o nueve.
Esa era la nueva
misión que iba a ejercer de primer detonante de la crisis interna que se le
venía encima.
Vinieron años de agitación social, las reuniones de los
jóvenes en las iglesias, las críticas a los curas que se alejaban de los más
necesitados, los primeros curas-obreros…que van despertando en Antonio la
necesidad de tomar la difícil decisión de abandonar su puesto en el que entendía no ejercía prácticamente labor pastoral.
-Había tenido que
dejar toda la labor anterior. Ahora me dedicaba solamente a casamientos.
Celebraba bodas como si hiciese chorizos
en una fábrica.
Durante los primeros tiempos como seglar trabaja haciendo
seguros, muchos a diplomáticos. Consigue un puesto más estable en la Industria Papelera Uruguaya fundada por un gallego y en
ella que permanece durante quince años. Posteriormente ejerce de gerente en el
club social más antiguo de Uruguay: Club
Social Alemán.
Antonio delante de su casa natal |
Pero todo no iba a ser trabajo. Tiempo atrás había conocido a Gianella, una niña hija de italiano y española. El tiempo fue pasando, la niña
creciendo, se hicieron amigos…y la amistad se convirtió en amor. Un amor que
tuvo su confirmación en una boda por lo civil. En aquellos años el Papa no
concedía dispensa a los sacerdotes para casarse, la boda eclesiástica llegaría
unos años más tarde:
- Tengo una hija, María José, a la que yo
mismo bauticé. Cuando tuve la dispensa papal me casé por la Iglesia y me vinieron a
acompañar varios de mis antiguos compañeros de sacerdocio. Tengo muy buena
relación con ellos.
Antonio, Toñin, ya está jubilado, su mujer sigue manteniendo
la gerencia de los seguros que él había iniciado, su hija…casi cincuenta años
en Montevideo, toda una vida como suele decirse. Ahora nos visita con más
frecuencia. Aún este último verano disfrutó de unas buenas vacaciones entre la
familia y amigos. Prácticamente todas las noches no perdonaba un paseo “por la
fresca” acompañado de Lolo Couceiro compartiendo, seguramente, una y mil
vivencias del pasado.
-Al volver después de
veinte años, desde el 75 al 95, casi no conocía a la mitad de la gente, ni las
calles. Me gustaba salir a pasear e ir descubriendo lo nuevo y recordando lo
que había desaparecido. Y cuando estoy allí mentalmente veo el Ayuntamiento, el
Parlamento (escaleras desaparecidas frente al Estanco donde se formaban
tertulias), el río…
Los recuerdos de su vida en Cacabelos hace más de sesenta años vuelven:
- Hasta que marché al
colegio a los once años, recorría con mis amigos todos los rincones y
alrededores. Mis amigos Tito Couceiro a quien después casé e incluso bauticé a su primer hijo, Arsenio mi primo,
Cela..A Toñines el de don Camilo que nos cobraba una peseta por darnos una
vuelta a la plaza en la moto. Aquellas dichosas inyecciones de vitaminas..
Amancio, Antonio con sotana, Negrín, Roberto, Mery y Mourelo en las Angustias |
En Montevideo viven otros cacabelenses con los que se ve
Antonio.
-Uno es Emiliano, hermano de Ermitas la de Lizáfaro. Nos vemos casi todas las semanas, tiene
87 años y le enseño tu blog para vea las noticias. También están Estrella,
Maruja, Rosario…
Y Antonio, Toñín, que tiene el corazón partío, pero…
- Quiero que mis
cenizas estén en Cacabelos, siempre lo dije.
Pues que tarden mucho tiempo en llegar, amigo.